En mi anterior blog hablaba del talento “Made in Spain” como uno de los activos de nuestro país, pero con lagunas evidentes en el sistema educativo y laboral, especialmente en cuanto a la proyección y desarrollo de la formación profesional, y proponía una mayor cooperación entre empresas, sectores y centros de enseñanza para crear nuevos perfiles laborales ante los retos de un nuevo paradigma económico.
El oficio de ser empresario
Por otro lado, también ponía el punto en la necesidad, desde la base, de fomentar la vocación por carreras y oficios más técnicos, aunque sean menos atractivos para los jóvenes, como son todas aquellas especialidades vinculadas al STEM (“Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”). Hoy voy más adelante y me atrevo a opinar que tenemos un déficit de vocación emprendedora alarmante ya que en todos los sectores hay muchas empresas que no se gestionan como tal, tomando decisiones más próximas a la ‘perspectiva trabajo’ que a la ‘perspectiva negocio’.