En el blog de este mes he decidido abrir una nueva línea que voy a ir alternando con artículos como los que he publicado hasta ahora, donde principalmente he comentado distintas tendencias. En esta nueva línea voy a seguir hablando de tendencias, pero centradas en la reducción de la Huella de C02 como indicador principal hacia un nuevo modelo económico y energético descarbonizado y más sostenible cuya implementación no es una opción, sino una obligación para garantizar el futuro vital de nuestras nuevas generaciones.
La metodología es muy sencilla, en lugar de tratar conceptos amplios me centraré en realidades y tendencias que suponen un cambio disruptivo con un efecto económico y social general, poniendo a su vez el foco en cómo impacta en la actividad de las empresas instaladoras y otros profesionales del sector energético, preferentemente en el ámbito de la electricidad.
Para empezar, en este primer post voy a tratar de la logística de la última milla. ¿Y por qué la logística de última milla, os preguntaréis? ¿Qué tiene que ver con los instaladores? Muy sencillo de responder: