El sector energético se halla en pleno cambio y está llamado a tener un papel clave en la salida de la crisis actual, ya que se moverán unos 240.000 millones de euros en los próximos diez años para llevar a cabo la transición energética a la que España se ha comprometido. Se prevé que se pueden generar entre 250.000 y 300.000 nuevos puestos de trabajo. Una parte importante de estas inversiones las llevarán a cabo las grandes compañías, principalmente en el sistema eléctrico, en actualización de redes de transporte y distribución, grandes parques renovables y sistemas de almacenaje, etc.
Otra gran partida se empleará en la rehabilitación energética de miles de edificios y, finalmente, ante la imperiosa necesidad de ganar peso industrial, debemos impulsar la definitiva entrada de la Industria 4.0. Todo este movimiento de capital debe repercutir en una redistribución de la actividad con una mayor participación de las pequeñas empresas donde la digitalización no puede ser un factor excluyente sino integrante.