La sociedad española, igual que el resto del mundo, se enfrenta al gran reto del siglo. La emergencia climática y la escasez de materias primas.
La creciente degradación medioambiental exige de forma creciente hallar soluciones que sean más eficientes y sostenibles, en especial en aquellos sectores más contaminantes.
Con el propósito de abordar estos retos, en 2020 el Consejo Europeo acordó poner en marcha un instrumento que combatiera los problemas de sostenibilidad y que, además, permitiera la recuperación de las economías de sus países miembros afectadas por el impacto del COVID- 19. Este instrumento fue los fondos europeos Next Generation, con un presupuesto de 750.000 millones de euros.
De estos fondos, de los que mucho se ha hablado y escrito, pretendo poner de relieve en este artículo las claves económicas y sociales que se persiguen obtener con ellos; en esta reflexión parto de una perspectiva europea que aterriza en España y que afecta directamente a muchos sectores productivos, en general, y al sector eléctrico, en particular, muy directamente. Así se puso de manifiesto hace pocas fechas en el webinar sobre el Macro Proyecto Tractor del Sector de las Instalaciones en Edificios, en el que participaron las organizaciones sectoriales más importantes (AFME, FACEL, ADIME, FENIE, etc.).