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Tecnologías Grid Edge: el “Reto 3D”

Por Juanjo Catalán

En este post voy a abordar las denominadas tecnologías Grid Edge (GE), que están llamadas a transformar el diseño y construcción de las redes eléctricas y su impacto en empresas y ciudadanos. Son tres tendencias –de ahí el lema Reto 3D– y son las siguientes: descarbonización, digitalización y descentralización de la energía.

Tecnologías Grid Edge: el Reto 3D
Tecnologías Grid Edge (GE).

Los tres ejes de la transformación hacia un mundo más eléctrico

En el sector de la electricidad, los tres principales fenómenos que dirigen el cambio son: electrificación, descentralización y digitalización. Estos tres ejes forman parte de la grid edge transformation, es decir, del conjunto de innovaciones, no solo tecnológicas, que permiten a las redes eléctricas y a las ciudades, en general, estar cada vez más conectadas y ser cada vez más inteligentes en un contexto de desarrollo descabonizado.

La electrificación, primer vector GE

La electrificación implica que el paso hacia la alimentación eléctrica vendrá principalmente por la movilidad. Entre las innovaciones más avanzadas se encuentran las infraestructuras de carga inteligente y la tecnología V2G “Vehicle-to-Grid, gracias a la cual un vehículo puede retroalimentar la red con la energía que no utiliza. De esta manera, el coche se transforma en una especie de batería móvil que puede ayudar a estabilizar la red.

Tecnología V2g, vehicle-to-grid; energía eléctrica del vehículo a la red y viceversa.
Tecnología V2G “Vehicle-to-Grid”.

Otro componente fundamental para la electrificación son las bombas de calor, principalmente aerotérmicas, sobre todo teniendo en cuenta que la climatización supone entre el 60 % y 70 % del consumo energético en los edificios.

La descentralización, segundo vector GE

A través de redes eléctricas locales, basadas en plantas de fuentes renovables de pequeño tamaño, los sistemas de almacenamiento y las tecnologías para la eficiencia energética, se contribuye al desarrollo de la energía fotovoltaica y con todo ello se puede extender el acceso a la electricidad en los países en vías de desarrollo, cuando todavía hay más de 1.000 millones de personas (13 % de la población mundial) que no tienen acceso a electricidad.

La digitalización, tercer vector GE

La digitalización es el factor que posibilita los beneficios de la electrificación y de la descentralización; tecnologías que van desde los smart meters a los sistemas de automatización y control remoto, desde los sensores a los dispositivos inteligentes, hasta llegar a las plataformas digitales integradas y al Internet de las Cosas. Todas ellas innovaciones que permiten la coordinación y el control automático de las redes, optimizando los consumos según la relación entre la producción y las exigencias de los clientes.

El futuro es eléctrico

El futuro de la electricidad es claro y optimista a partir de los números. En el año 2020, la disminución del precio de las baterías permitirá la adquisición de un coche eléctrico competitivo en términos económicos respecto al de combustión interna.

En 2030 se prevé que la venta de los modelos eléctricos llegará al 25 %, sobrepasando el 10 % del total de vehículos en circulación, y en 2035 superarán en número a los de combustión interna.

En algo mas de 15 años los vehículos eléctricos superarán en número a los de combustión interna en todo el mundo.
En 2030 se prevé que la venta de los coches eléctricos llegará al 25 %, sobrepasando el 10 % del total de vehículos en circulación y en 2035 superarán en número a los de combustión interna.

En el caso de los paneles fotovoltaicos, se estima que la potencia máxima mundial instalada aumentará de los 260 GW de 2015 a los 700 GW en 2020. El crecimiento estimado en el mercado del almacenamiento es aún más sorprendente, ya que antes de 2025 aumentará 120 veces más respecto a 2015: de 400 MWh a 50 GWh.

Europa quiere liderar la transición energética

La Unión Europea está decidida: con su apuesta por el Clean Energy Package, o paquete de energía limpia, quiere avanzar con paso firme en la transición energética hacia un horizonte, con vistas a diez años, cada vez más renovable y sostenible. En el caso de España, en puertas de unas nuevas elecciones, esperemos que, ante un hipotético cambio de Gobierno, no volvamos a nuevas etapas de incertidumbre y se mantenga la línea emprendida en los últimos meses por el actual Ejecutivo.

El reto en España no será posible sin la participación de los consumidores

La transición hacia una energía 100 % limpia y sostenible necesita de una ciudadanía bien informada y activa en un marco de consumo colaborativo, posible a partir de la digitalización. El papel del ciudadano en la transición energética sostenible se sustenta en tres actores: ayuntamientos, corporaciones y ciudadanos. Si queremos transitar hacia otro modelo energético y social, necesitamos reducir nuestro consumo de energía en un 30 %, y disminuir drásticamente el consumo de energías de origen fósil.

Solo con las grandes corporaciones e inversiones públicas no será suficiente, cuando el hándicap está en que la inmensa mayoría de ciudadanos y pymes están todavía muy lejos de conocer su potencial como prosumidores (productores-consumidores).

El prosumidor es el consumidor proactivo, bien informado.
Se necesita más divulgación, porque el miedo del consumidor al cambio de modelo se debe a su desconocimiento. El cambio no será posible sin un consumidor bien informado.

California, un ejemplo a seguir

En EEUU prosigue el debate sobre la conveniencia de un objetivo del 100 % de energía limpia, pero una vez que los Estados económicamente más poderosos han apostado fuerte por las Grid Edge, como son los casos de California y Nueva York, en muy poco tiempo se ha dado un vuelco y el objetivo de transición energética ha pasado de parecer extremadamente difícil a ser alcanzable.

California, la sexta “nación” más rica del mundo, con unas condiciones climáticas muy parecidas a España, alcanzará con diez años de anticipación lo previsto por el Renewable Portfolio Standard (RPS), el ambicioso programa con el cual el Estado gestiona su evolución “Go Green.

De acuerdo con el programa del RPS, las fuentes renovables tenían que satisfacer el 50 % del consumo eléctrico de California antes de 2030. Un resultado que ocasionaría un ahorro de 51.000 millones de dólares al año para los ciudadanos; ya en 2020, el Estado podría utilizar energía sostenible por el 50 % de sus necesidades, superando el objetivo requerido del 33 %, e incluso podría alcanzar el objetivo del 100 % de energía generada por fuentes renovables antes del año 2045.

Almacenamiento de energía de batería de iones de litio en Escondido (California).
Parte de un sistema de almacenamiento de energía de batería de iones de litio de 30 MW en la ciudad de Escondido, California (EEUU).

Ejemplos significativos de la transición energética californiana los podemos encontrar en corporaciones como Facebook, Google y Yahoo!, todas con sede en California, y que están poniendo en marcha una nueva fase de la ingeniería eléctrica y electrónica que revoluciona la forma de producir, distribuir y guardar la energía.

Otro ejemplo, los San Francisco 49ers –el equipo quizás más universal de la liga de Fútbol Americano, la NFL– cuenta en su estadio con dos certificaciones energéticas LEED, miles de paneles solares y utiliza un 90 % de productos sostenibles adquiridos a kilómetro 0; mientras que Apple es la primera compañía que ha logrado que todas sus estructuras en el mundo se alimenten con energía limpia al 100 % y, además, que 23 de sus proveedores sean totalmente ecológicos.

Apple ha conseguido alimentar sus instalaciones en todo el mundo con energía 100 % renovable.
Sede de Apple en Cupertino (California).

Finalmente, echando un vistazo a las cuentas de California, parece que apostar por las energías renovables no ha debilita su economía. Al contrario, entre 2000 y 2014 redujo las emisiones nocivas en un 6,3 % y su economía creció un 28,2 %. Un resultado sorprendente para un Estado que, diez años atrás, se encontraba casi en bancarrota.

Conviene que en España, desde una posición totalmente independiente, hagamos nuevos números de todo el impacto económico y ambiental que puede suponer llevar a cabo una transición de tal calibre, teniendo en cuenta que las Directivas, ya sean nacionales o europeas, se ajustan a mínimos.

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