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Nuevas generaciones de instaladores: el cambio vendrá con ellos

Como decía en mi primer artículo en Cuadernos de Material Eléctrico, “El instalador será digital o no será”. En este sentido, es más que probable que incluso cambie su denominación  genérica  por otra específica en función de distintas especialidades emergentes en un contexto general de cambio tecnológico constante. Un  futuro que llega muy rápido fruto del avance digital. Se prevé, en un sentido amplio, que muchas profesiones se encuentren en peligro de extinción y otras muchas, que todavía no existen, están a punto de crearse.

 

Los nuevos modelos de negocio presumo que serán una fusión de talento, experiencia y rebeldía creativa en un mix donde deben convivir cuatro generaciones muy distintas. Algunos Baby Boomers que seguirán al pie del cañón, junto con las Generaciones X, Y (millennials) y Z (nativos digitales). En mi opinión, las empresas que cuenten con este mix generacional bien equilibrado tendrán una gran ventaja competitiva.

El talento de los jóvenes es una nueva “energía” muy necesaria para impulsar el sector

Nuestros jóvenes  serán los principales protagonistas del relevo generacional previsto en el sector energético para los próximos años, como actores de grandes cambios tecnológicos y sociales; por ello, uno de los temas principales a tratar en 2018, con vistas a un horizonte en 2020, será la nueva etapa que la formación profesional debe emprender en nuestro país, donde socialmente no se le ha hecho ni justicia ni reconocimiento.

España necesita dar un mayor impulso a la formación profesional y, en especial, a la FP Dual por su carácter estratégico para la mejora de la competitividad empresarial y la incorporación al mercado laboral de empleos de calidad que permitan reducir el elevado paro juvenil que sufre España, con una tasa superior al 40%.

Los expertos en este ámbito ponen de manifiesto el largo recorrido que tiene la FP Dual en nuestro país y que convendría acelerar al máximo, ya que actualmente representa menos del 5% de la formación profesional, mientras que en países como Alemania y Francia, modelos de referencia, este porcentaje alcanza el 60% y el 50%, respectivamente.  Conociendo la experiencia de estas dos naciones, cabe resaltar que se necesita una importante labor de promoción de los grandes beneficios que proporciona la FP dual para las empresas los jóvenes y la sociedad.

Asimismo, la FP dual es una modalidad de formación profesional que combina la enseñanza en el centro educativo y el aprendizaje en la empresa. El centro educativo y la empresa acuerdan como se repartirán los contenidos y el número de horas o días de estancia en cada uno, con el objetivo de garantizar que los alumnos adquieran los conocimientos y competencias necesarias para desarrollar su profesión, además de permitir la opción de que los jóvenes puedan seguir estudiando después si lo desean.

Para desarrollar más la FP Dual, es fundamental que los empresarios apuesten por ella como algo estratégico. La ventaja para las empresas es que puedan integrar rápidamente en su estructura a los jóvenes a quienes han dado formación y a quienes han preparado con su propia tecnología. El retorno de la inversión realizada es inmediato, la eficiencia es enorme y la seguridad muy grande puesto que la empresa conoce bien a quién contrata.

Para muchas pymes, por sus limitaciones estructurales, por un lado, y por lo novedosa que es la modalidad, por otro, resulta compleja de aplicar; para ello es importante que las grandes empresas ayuden a las pequeñas y medianas en su cadena de valor para su implementación. Igualmente, es fundamental  que entre las pymes se establezca cooperación estratégica para compartir la FP Dual. Teniendo en cuenta el peso de las pymes en el conjunto de la economía,  estas medidas impulsarán la competitividad del país.

Este sistema de aprendizaje supone una gran oportunidad para que las empresas  puedan disponer de una cantera propia de personal cualificado. Todo ello supone una apuesta por que las empresas contribuyan a formar a las personas jóvenes, mediante una corresponsabilidad con los centros de formación.

Desde las asociaciones de instaladores se debe impulsar todo ello y colaborar en este bien común muy estrechamente con los Institutos de Enseñanza Secundaria (IES). Algunas ya lo están haciendo desde hace más de dos años, como es el caso de la valenciana ASELEC, con la que colaboro. En ASELEC creemos que hay que promover el espíritu asociativo entre las empresas afiliadas para impulsar la FP Dual por las dificultades que supone en la actualidad implementarla de manera individual (véase https://www.aselec.es/nuevos-talentos). Todo ello  es fundamental para disponer de un tejido productivo cualificado ante los nuevos retos profesionales y empresariales  que tenemos por delante.

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