Perplejo me quedé hace unos días cuando en una conversación de amigos alguien comentó que las hermanas Kardashian habían comido su placenta después de dar a luz. Y no es que mi desconcierto se debiera al hecho en sí de deglutir esa parte de tu organismo, que eso lo superé hace años cuando supe de la existencia de la placentofagia. No, mi confusión llegaba por otro comentario escuchado hace algún tiempo: “Las hermanas Kardashian no comen carne”.
