La desidia o apatía en la atención al cliente se está convirtiendo, por desgracia, en un grave problema en la sociedad actual. Deberíamos entender que no hay nada peor que esto, pues al fin y al cabo todos vivimos del cliente, bien sea de vender productos o servicios, pero sin clientes no existe empresa ni, por supuesto, empleos.
Resulta curioso que, en el sistema educativo, donde te deben preparar para el éxito en el mundo laboral, ni se cite este asunto o, desde luego, si se cita, está claro que no cala lo suficiente, porque muy pocas empresas están verdaderamente orientadas al cliente.
Las empresas que no son capaces de percibir lo que realmente quiere el cliente están completamente ciegas, por lo que su estrategia es nula y acaban cerrando.