El problema no son las pymes

Por José CarrascoFundador de Fersay y Azelera Formación

En España, el tejido empresarial mayoritario está formado por pymes y micropymes. Es decir, pequeñas empresas mayoritariamente, algunas medianas y muy pocas grandes. Esa es la radiografía real y siempre se presenta como una tragedia, pero sin ningún sentido.

Además, hay que aceptar la realidad, ya que esto no se puede cambiar ni a corto ni a medio plazo. Solo se puede cambiar a largo plazo y con reformas desde la base. O sea, desde el sistema educativo y desde la formación de nuestros jóvenes antes de su incorporación al mundo laboral.

Las pymes son las grandes incomprendidas en la sociedad española y las perjudicadas a la hora de pagar, en proporción, más impuestos que las grandes, que tienen sus propias ingenierías financieras. Y las que producen la mayoría del empleo. Aunque muchas veces, si no trabajas en una grande, ya todo te parece negativo. Se trata de un prejuicio que hemos creado, por no querer explicar bien a los jóvenes la realidad de una pyme.

Y lo peor de todo es que no puede haber buenas empresas, si la sociedad no da la talla y no las valora en su justa medida.

Se necesita cambiar el chip y darles un baño de realidad a nuestros jóvenes para mejorarles su propio futuro. Y concienciarles para que sepan valorar una pyme igual que cualquier otra opción, ya que esta tiene sus propios valores, visión y misión, igual que las empresas grandes.

Además, todas las empresas actuales que son grandes en el mundo han pasado antes por ser pymes al principio, sin más remedio. Así sentaron las bases de su solidez.

El tamaño de las pymes no es el problema

Si queremos en España empresas grandes, primero tendremos que construir empresas pequeñas, luego medianas y después saltar al gran tamaño. Es lo natural.

Luego el problema no es el tamaño en sí mismo, sino que la gestión sea muy eficiente. Y que las leyes no vayan poniendo pegas, si te haces más grande por tener que llenarte de burocracia. Esto te resta recursos económicos y, sobre todo tiempo. O sea, productividad que luego no te permite ser todo lo competitivo que deberías.

PYME puede significar Productivas Y Mejores Equipos. Pues, en este tipo de empresas, el trato con los empleados es mucho más cercano. Y la cercanía personal genera confianza. También una pyme puede ser más flexible y rápida en la toma de decisiones. Puede estar mejor focalizada, al centrarse en las prioridades clave y dispone de un mayor sentido de supervivencia, porque saben que cualquier error las entierra, mientras que una grande entierra algunos de sus errores. Y, sobre todo, en una pyme hay menos política y menos burocracia. Y, por eso, puede aprovechar mejor el tiempo, el oro de la gestión eficiente.

España está formada, sobre todo, por pymes

Por lo tanto, la receta adecuada es cómo mejorar la gestión de las pymes y qué hacer para ayudarlas, que puedan crecer y que algunas lleguen a ser grandes y otras se consoliden como pymes y puedan ofrecer empleo estable y de calidad. Porque la clave es esa. Si creamos muchas empresas en nuestro país, aunque sean pequeñas y medianas, al haber mucha cantidad, se generará también mucho empleo.

Lo importante es saber lo que debemos enseñar a los presentes y futuros gestores de pymes para conseguir que esas empresas sean cada vez más sólidas y vayan, poco a poco, creciendo, siempre de forma natural y eficiente.

Es decir, menos despreciar y lamentarse por el tamaño de las empresas y más hacerse las preguntas adecuadas para ver cómo conseguimos un tejido empresarial muy eficiente.

Aunque sea más pequeño. Y sustituir el tamaño por la cantidad, ya que así también se genera más empleo y conseguimos mejorar la sociedad vía impuestos.

Si no podemos, al menos a corto plazo, generar la innovación tan disruptiva que tienen otros ni estamos dispuestos a fabricar determinados productos en nuestro país por no ser lo suficientemente productivos, al menos vamos a invertir en creación de empresas pequeñas que, muy bien gestionadas, acabarán innovando y creciendo lo suficiente.

No se trata de renunciar a tener grandes empresas, sino de ser realistas. Y saber de dónde partimos ahora y qué debemos cambiar, además de nuestra mentalidad hacia las pymes, para que en el futuro tengamos algunas empresas grandes más y muchas más pymes.

La dirección y evolución de las pymes debería ocupar un lugar importante en la formación de nuestros empleados actuales y futuros, así, quizás, hasta sean algo más felices.

Saludos desde una pyme con 42 años de recorrido.

-No es necesario ser una empresa grande para ser una gran empresa.

-Cuida los pequeños detalles: un pequeño agujero hunde un gran barco.

-Cuando el negocio es muy grande, los beneficios esconden muchos pecados.

-Si piensas que eres demasiado pequeño para diferenciarte, es que no has dormido nunca con un mosquito en la habitación.

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José Ramón Rúger
José Ramón Rúger
16/11/2021 18:45

Gran articulo, grandes verdades, gran explicación.
Los políticos con sueldos de los impuestos, son los primeros que no dan valor a las pymes, pero si mucha visibilidad a las grandes corporaciones. Hasta que no se respete y se valore a las PYME, seguiremos siendo los grandes pagadores de la cuenta de este país.

MERCEDES CRIADO COLLANTES
MERCEDES CRIADO COLLANTES
16/11/2021 15:09

Buenos días José:
Enhorabuena!! Perfectamente explicado, ahora sólo falte que algún político, con vocación de servicio público de verdad, se entere. Y que los medios de comunicación y las asociaciones que revisan precios (no quiero poner siglas para no ofender a nadie) también tengan en cuenta a los autónomos creadores de esas PYMES y MICROPYMES y no se centren en mejorar la economía favoreciendo siempre a los mismos, sint ener en cuenta las grandes diferencias fiscales que exisnten entre un pequeño y un gran empresario.

Alejandro
Alejandro
16/11/2021 14:09

Totalmente de acuerdo. No se puede explicar mejor

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