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El aislamiento del homo sapiens por coronavirus y sus consecuencias

Por José CarrascoFundador de Fersay y Azelera Formación

Acostumbrados a sobrevivir por encima de cualquier otra especie del planeta a base de ser un mono social y trabajar en equipo para la propia supervivencia, nos encontramos ahora por primera vez ante lo contrario: el aislamiento del ser humano y el distanciamiento de nuestros semejantes debido al coronavirus.

La consecuencia de esta grave crisis, en primer lugar, es la salud de las personas y el tratar de protegernos, en la medida de lo posible, de cualquier contacto. Esto cuesta mucho y causa dolor en nuestro corazón, al no poder ver ni tocar ni acercarte a tus seres más queridos. Pero, en segundo lugar y quizás más a medio y largo plazo, la consecuencia consiste en el agujero económico que se va a abrir.

La cuestión sanitaria, como podemos comprobar por China, Corea del Sur u otros países asiáticos, tendrá un cierre de este paréntesis que se nos abrió muy bruscamente hace poco en España y que, por una mala gestión, se ha multiplicado demasiado.

La crisis del coronavirus va a exigir unión y colaboración entre todos

Mantener el empleo en tiempos del coronavirus

Las personas que tengan o tengamos (esto es una lotería, aunque unos lleven más décimos que otros) la suerte de no caer enfermas o pasarlo muy levemente, cuando pase el huracán sanitario vamos a seguir necesitando unos ingresos mediante el trabajo. Porque las posibles ayudas, si realmente existen, serán muy a corto plazo. Las personas de nuestras empresas necesitan mantener su empleo y entre todos debemos hacer lo máximo posible.

Nuestra responsabilidad en estos momentos consiste en no arriesgarnos con contactos que desearíamos tener (impulso del corazón en contra del cerebro) para no contaminar a nadie. Porque el problema de este maldito coronavirus es que lo contagiamos estando todavía bien y por eso se expande tanto. Pero es también nuestra responsabilidad pensar en salvar los máximos empleos posibles.

Quizás esta durísima lección, que va contracorriente de la esencia del propio ser humano, vaya a requerir (cuando pase la tormenta) de una mayor unión que nos recupere psicológicamente de actuar contra nuestro instinto más básico. Pero también el más importante y el que da sentido a nuestra propia existencia como civilización y que ha sido lo que nos ha traído hasta aquí.

Necesitamos unión…

No va a ser fácil, va a suponer todo un reto recuperar nuestra cercanía, pero va a ser probablemente la única manera de salir adelante.

Vamos a requerir de una potentísima dosis de unión y trabajo en equipo. Vamos a requerir de una amplia colaboración, tanto entre los componentes de cada organización como con los clientes, proveedores y demás colaboradores.

Quizás en este momento más que nunca, solos no lleguemos a ninguna parte. La tormenta y el tiempo nublado y desagradable del aislamiento social tendrá que dar paso al mayor tiempo de sol y luz que nos funda en una unión nunca vista.

Cuando hayamos pasado el momento más dramático de aislamiento forzoso y antinatural debido al coronavirus, es casi seguro que tengamos que vivir el extremo opuesto y pasar al momento de mayor comprensión social para ayudarnos mutuamente.

No es la primera vez que una catástrofe pone en peligro a la humanidad. Ya ha habido varias, pero esta ha llegado en un momento en el que somos muchos más en el planeta y, por eso, también en el que tenemos más contacto social que nunca. Y además vivimos de forma muy distinta y con mucha más calidad que las otras veces que hemos sufrido ataques a nuestra existencia.

…Y colaboración

Solo se recuperará la economía a medio y largo plazo, si todos enchufamos la máquina de la colaboración sincera. No es momento de las diferencias, sino de la suma de nuestras virtudes que siempre tuvimos, pero nunca nos fijamos en ellas.

Además, todas las empresas tenemos la responsabilidad de salir adelante y tratar de salvar ahora los máximos empleos posibles para restar todo el sufrimiento de nuestras personas, que se merecen seguir teniendo una vida digna y de calidad como teníamos antes de que llegara, sin invitarle y sin avisar, este coronavirus traidor, devastador y al que vamos a vencer como siempre pasó en todas las catástrofes anteriores. Pero, una vez vencido, tendremos otra catástrofe de la que ocuparnos: la de recuperar a las empresas y, a medida que sea posible, los empleos para que nuestra sociedad actual pueda ir recuperando su impulso y su alegría.

Algunas frases para pasar este momento:

  • Un líder es un repartidor de esperanza.
  • Los grandes imperios no son mantenidos por la timidez.
  • ¿Eres hombre de mover montañas o de ocultarte tras ellas?
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