Creencias

Las creencias determinan tu futuro como empresa

Dentro de la cultura de la empresa las creencias juegan un papel muy relevante en la forma de actuar de todo el equipo humano, hasta el punto que son predictivas del futuro.

El problema de las creencias es que cuando se instalan dentro del ambiente de la empresa es muy difícil cambiarlas. Entonces de nuevo debemos acudir a la prevención como antídoto y no dejar que se consoliden determinadas creencias bastante tóxicas.

Las creencias surgen cuando alguien afirma algo que no tiene por qué ser cierto, sino que responde a una opinión o estado de ánimo determinado. Pero después se puede quedar como cierto en todo el equipo de personas de la empresa, llegando a formar parte de la propia cultura de la empresa y distorsionándola.

A lo largo de la historia de la humanidad, las creencias han generado tanto grandes avances como grandes catástrofes y han contribuido a enormes errores colectivos y a un ambiente de histeria general nada bueno para la salud mental de la sociedad.

Las creencias pueden destruir la razón de ser de la empresa

En las empresas esto sucede de forma silenciosa, aparentemente en el día a día pasa casi desapercibido y no se analiza con la suficiente profundidad y contundencia.

Las creencias pueden destruir nuestra razón de ser como empresa, ya que todas tienen una cultura que debe inspirar una visión, misión, valores y objetivos coherentes. Algunas creencias basadas más en percepciones personales que en realidades pueden desviarnos bastante del camino correcto y es obligación de la dirección actuar.

Por desgracia, y aunque no sea una labor muy reconocida, tiene que haber alguien que ponga orden en este tipo de comunicaciones que se transmiten al resto del equipo como si se tratase de un virus. Y aquí de nuevo aparece la formación como la medicina para evitar tanta opinión ligera y sin contrastar con la realidad.

Las creencias se desarrollan muchas veces al margen de datos o pruebas. Es decir, no se basan en reflexiones bien desarrolladas, sino en percepciones personales demasiado superficiales y muchas veces influidas por las emociones del momento.

Creencias

La formación vuelve a ser la clave

Una buena formación y una buena comunicación serán sin duda barreras muy potentes para evitar que estas creencias lleguen a consolidarse dentro de la organización.

Los políticos son verdaderos expertos en el arte de generar muchas veces creencias falsas a su conveniencia y no a la conveniencia de la sociedad. Lo lamentable es que consiguen convencer a parte de esa sociedad de ello, intoxicando y enfrentando a unos contra otros mientras ellos solo persiguen su beneficio propio.

Pero en las empresas no caben las tonterías. No tenemos tiempo ni recursos tan sobrados como para dedicarnos a las telenovelas y al chismorreo prefabricado.

Por eso, y especialmente en las pymes (más del 98 % del tejido empresarial español), hay que ir a lo importante que es el cliente y todo lo que rodea a este y a su satisfacción. Pero para ello necesitamos un equipo preparado, comprometido, informado, motivado e involucrado en darle el máximo al cliente y, desde luego, sin creencias limitantes que solo nos restan energías y empeoran el ambiente y, por lo tanto, nos crean confusión.

La dirección de la empresa al más alto nivel debe generar un sistema de comunicación, asesoramiento, formación e información que elimine cualquier posible creencia negativa.

La educación, la formación y el conocimiento inculcan el respeto por los hechos investigados y los argumentos razonados. Son vacunas contra las teorías conspiratorias, contra los razonamientos basados en opiniones sin contrastar y contra la demagogia y la basura emocional.

Argumentos ordenados y reales

Hoy día hay más personas intentando llamar la atención y ser protagonistas de lo que sea, aunque suponga algo muy mediocre, porque es lo que nos venden a través de la política y de los medios de comunicación con toda su telebasura y unas redes sociales mal utilizadas que contribuyen a expandir toxicidad en lugar de categoría intelectual.

Los argumentos que expongamos en nuestra empresa deben ser ordenados, basados en la realidad actual, acompañados de datos y reflexiones lógicas para convencer a todos.

Me despido como siempre deseando mucha suerte, porque la van a necesitar, a aquellos que no vigilan su ambiente interno y las creencias que se generan. Y muchos éxitos seguros para todos aquellos que simplifican, clarifican y ayudan a distinguir el grano de la paja y evitan así malas interpretaciones. Algunas frases para nuestra reflexión:

  • Hay que tener claro el foco en el actual mundo de tanta “infoxicación”.
  • Una empresa con cultura de confianza crea valor económico.
  • Un burro conectado a la red sigue siendo un burro multiplicativo.
  • El mayor problema de contaminación hoy día es la negatividad.
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