No cabe duda de que cada vez hemos vivido, y vivimos, más influenciados por el entorno. Y que este determina mucho nuestro presente y nuestro futuro. El famoso entorno o factores externos que, en cualquier empresa o negocio, siempre formaban parte del análisis D.A.F.O. y que eran un elemento más para tener en cuenta, ahora resulta que nos van marcando el paso y nos echan abajo las previsiones. Añaden confusión e incertidumbre y provocan dudas a pymes y comercios, a la hora de seguir su hoja de ruta.
No resulta fácil gestionar. Como tampoco lo es conducir mirando solo a los lados, descuidar el retrovisor central para ver el camino ya recorrido y sin prestar atención hacia adelante para visualizar el futuro. Pero lo cierto es que lo global cada vez nos limita más y nos provoca cambios inesperados o no previstos en nuestro plan estratégico.