Como me gusta vacilar de que leo, le he puesto a la despedida de Ignacio Sánchez un título lorquiano. Ya saben que el mandamás en España se va a Brasil y el number one brasilero se viene a comandar la filial española del Grupo Adeo. En sus 11 años de virreinato he topado varias veces con su arrolladora personalidad y, si quieren conocerle más de cerca, les sugiero la lectura de un post datado en octubre de 2016 y que le define desde una perspectiva muy taurina. La corrida tuvo lugar en la edición de Eurobrico de aquel año.

Su paso por España se puede y debe calificar de exitoso. Leroy Merlin pasó de comprar a los proveedores nacionales 300 millones de euros en 2009 a superar la barrera de los 2.000 el pasado año. Sus dos grandes hitos han sido la fusión con Akí y la profunda transformación de la cadena de suministro. Su fiasco más sonado durante el último lustro tiene que ver con la página web; el propio Ignacio reconoce los quebraderos de cabeza que le causó y le costó el puesto a varios equipos directivos. Su última actualización es reciente -unos meses- y habrá que esperar resultados para valorarla en su justa medida. Los periodistas que tendemos a elucubrar cuando nos faltan datos, pensamos que el intercambio de España/Brasil tiene que ver con que su sustituto es bueno en el online e Ignacio magnífico en el offline -léase ventas clásicas-.
En su despedida se jactó de haber apoyado a los fabricantes nacionales
En la parte final de este escrito quiero volver a las lágrimas del titular y preguntarle a las marcas españolas cuánto le van a echar de menos. En su despedida se jactó de haber apoyado a los fabricantes nacionales pero, en realidad, nunca se apartó de la filosofía que le imponían desde la central en el que la apuesta por la marca propia y las importaciones asiáticas, eran predominantes. Queda meridiano en este otro post.
Seguramente no pudo saltarse el guión y apostar por otra cosa que no fueran los fabricantes de cerámica nacionales -son muy buenos y el producto pesa demasiado-, hubiera sido censurado desde Francia.
Como me gustaría saber qué tal les ha tratado Leroy con Ignacio al frente me gustaría abrir una ventana a los comentarios. Estoy dispuesto a publicar los halagos y también las profundas decepciones desde un sensato anonimato.
Algunos ejemplos:
Marca fabricante de adhesivos: “Lo cierto es que nunca entendieron que debían formar mejor a su personal para explicar con más conocimiento nuestros productos”
Marca fabricante de accesorios de baño: “Cuando pasamos a venderlos más del 50% de nuestra producción me sentí absolutamente en sus manos; como además crecían las penalizaciones…”
Como, de momento, ya podemos volver a los restaurantes les dejo una recomendación; eso sí, en terraza. Casa Pepe en Colmenar de Oreja.