Debo reconocer que me he quedado en el tercer capítulo de Masters de la Reforma; me falta training de telebasura, resiliencia para seguir soportando lo burdo; o quizá solo falta de sueño. El prime time de Antena 3 se queda fuera de mi vigilia en día laboral.
Boho chic como concepto -por lo visto una tendencia de moda que también toca el interiorismo-, es lo único que he aprendido en casi las ocho horas de tortura televisiva que ha supuesto para mí el programa en cuestión. A pesar de que en la presentación de este concurso de talentos hablaron de educar, de dar a conocer, de pedagogía… Mira que soy iluso.
La puesta de largo mediática fue en el Leroy más cool, el de Raimundo Fernández Villaverde, a finales de abril. En las preguntas posteriores a la rueda de prensa pedí el micro para decirles lo importante que podía ser para el sector de la ferretería y el bricolaje un formato de este tipo para animar a la práctica del DIY en España. Salieron por la tangente y me miraron como si fuera un alienígena. Después del visionado del tercer programa entiendo sus miradas; ¡que mal encajamos los ferreteros en el mundo de la farándula!

Masters de la Reforma es una copia tosca de Masterchef en la que la parte técnica, el aprendizaje, la pedagogía se ha reducido a la nada.
¿Qué es lo que queda en Masters de la Reforma?
10 parejas átonas en busca de un premio gordo en metálico, stress, carreras por prados para recoger materiales, un jurado hierático y mandón que sobreactúa, las inmensas ganas de sacar lo peor de los concursantes y dejarles en ridículo, histrionismo y algunos gags cómicos.
He visto recoger hojas de un jardín inmenso con palas y a dos concursantes subidos a caballito para colgar un cuadro. Aunque no les dieron escalera les acusaron de atentar contra la seguridad laboral en el tajo. Por supuesto como única solución para colgar el cuadro el taladro y la fijación de toda la vida.
El programa garantiza que no vas a aprender nada que tenga que ver con el bricolaje
También hay palmaditas para hacer equipo, mohines por doquier, sonrisas y lágrimas, actitudes machistas -también entre ellas-, grescas varoniles, riñas de pareja, repesca de expulsados, etc… El programa garantiza, desde luego, que no vas a aprender nada que tenga que ver con el bricolaje. Eso sí a eso de la 1 de la madrugada te visita un famoso.
Como las reformas se realizan en viviendas o negocios de verdad los profesionales de TALASUR se encargan de dar el toque final y, seguro, todos los intermedios. Para que se queden tranquilos los arriesgados propietarios.
En fin, una oportunidad perdida. Seguramente la culpa es mía por creer que en la televisión en horario de máxima audiencia puedes aprender algo. De momento mantiene un share del 9% por lo que no creo que perviva en el tiempo.
Una recomendación gastronómica en Madrid. Ampudia; cocina clásica con muy buena RCP.