Javier Barrio

Después de un largo período dedicado al negocio turístico como redactor, comencé la década del 2000 descubriendo la ferretería como vendedor de publicidad. Durante todos estos años me he encontrado cientos de comerciales de bienes tangibles; enseguida me di cuenta que ellos eran de los míos. Ellos ofrecían taladros, brocas o botas de seguridad y yo páginas, tercios, ahora banners. He acumulado muchas anécdotas censadas en cada comarca de España que, mereciendo ser contadas, cayeron detrás de la cortina del olvido. También algún etéreo cuento de ficción me asaltó agarrado al volante. Esta vez las historias las compartiré con sus protagonistas con más espíritu recreativo que formativo. Que se diviertan.

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