Me tocó compartir mesa en el último Premio Txema Elorza con una representación diversa del sector; varios fabricantes, profesionales que se encargan de la distribución de varias marcas internacionales, algún ferretero, un máximo responsable de cooperativa y salió el recurrente tema de la formación de los empleados del canal.
Todos de acuerdo en que la prescripción es el verdadero valor añadido del comercio de ferretería. El arma vital que, alimentado por la idiosincrasia latina, nos ayuda a entender por qué el sur de Europa -sobre todo España y un poco Italia y Grecia– ha mantenido abierto unas tiendas que forman parte del pasado en el resto del Viejo Continente. Necesitamos un asesor cercano que nos dé soluciones y que nos ofrezca un servicio postventa que arrope los productos vendidos, fidelice y convierta ventas posteriores.
En la fusión fría que vaticina Juan Manuel Fernández en su post hace dos semanas tendrá cosas que decir Jaume Cladellas, Gerente de QF+. Desvelo uno de los nombres que compartieron mantel y reflexiones durante la cena porque aseguró que hay un proyecto serio de una Escuela de Formación para ferreteros a nivel nacional en el nuevo grupo que se alumbra. O algo así porque, mucho más, no quiso detallar.

Ésta es una cena tardía -porque la ceremonia es de metraje largo- y en viernes por lo que, los primeros que circulan, son los ferreteros que les toca abrir al día siguiente. En la mesa también estaba mi mujer que trabaja en agencias de viajes y llegamos al tema de las libranzas cuando se trabaja en fin de semana. Ella entendía que, como sus compañeros de viajes, cuando los empleados de ferretería trabajan un sábado pueden librar un día entre semana.
El comercio tradicional tiene la obligación de ofrecer puestos de trabajo atractivos
Por las expresiones y miradas intercambiadas me quedó claro que en el comercio tradicional de ferretería éstas prácticas no son mayoritarias. La conversación salta a un tema delicado. Tenemos un sector poco atractivo para los jóvenes; malos horarios partidos, remuneración contenida y escaso glamour; si, además, mucho de los negocios no compensan las horas trabajadas en sábado con días libres entre semana, no sé quien va a querer atender detrás de un mostrador en las ferreterías del presente y el mañana.
Desde aquí pido un día libre para los empleados ferreteros, un día de libertad condicional entre semana para los que trabajan en fin de semana aunque las carcajadas de muchos me acompañen hasta el final del escrito.
Me declaro muy apenado por la muerte de la última Urraca; ya no queda nadie que se llame así en nuestro país. Mira que hemos rescatado nombres de nuestro épico medievo para adornar las tumbas del futuro… Urraca I fue reina de León y ahora ninguna de nuestras coetáneas quiere hacer honor al nombre.
Con Iván de Rolser hemos descubierto un restaurante muy interesante en Pedreguer. Se llama Brou y en el mismo se puede beber un albariño muy peculiar que hace Joan Server a partir de unas cepas de la uva gallega plantadas a la sombra. Se llama Espurnes.