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Viaje con nosotros si quiere sufrir…

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

Deben leer este post con la melodía de la Orquesta Mondragón en la cabeza y cambiar el verbo gozar del final por uno menos complaciente. He puesto sufrir, pero vale cualquier sinónimo que exprese estrés, carreras, información comprimida, torturas aeroportuarias, comidas para sobrevivir y horarios estajanovistas.

Hablo de los viajes de trabajo que arman las empresas -especialmente las multinacionales- para agasajar a sus principales clientes y quedar bien con la prensa. Como por edad llevo 25 años viajando por cuestiones de negocio, he visto cómo la cultura anglosajona ha ido imponiendo su modus operandi y, de aquellos viajes de antaño -verdaderas experiencias vitales que dejaban un recuerdo memorable-, quedan estos de hogaño. Madrugones a horas intempestivas para trincar el vuelo más barato y ahorrar noches de hotel, yincanas en calcetines para pasar los controles de seguridad en los aeropuertos, desplazamientos de urgencia para conocer hasta la última instalación de la empresa, formación y demostraciones para conocer todos y cada uno de los productos del catálogo. Y ya si pierdes el avión…

Solo merece la pena invitar a viajar a un cliente si le garantizamos una experiencia grata que le deje un buen recuerdo

Si de verdad quieren que sus principales clientes les recuerden e incrementen sus pedidos, hagan todo lo contrario a lo que están haciendo. Si usted quiere que a un adepto a sus productos le quede un buen recuerdo, debe regalarle una experiencia grata; si no, el mismo viaje que le deja exhausto el presupuesto condicionará las ventas futuras y dejará una impronta negativa en la memoria emocional del presunto regalado.

En la memoria colectiva todavía sobreviven los viajes de Makita o Fegemu a diferentes puntos del globo: Brasil, Japón….

Aunque hablo de los viajes en nuestra industria, las cosas no son diferentes en el resto de sectores económicos. La globalización acelera y estandariza; sé de algún agente de viaje que palidece cuando llega una invitación a la botadura de un nuevo crucero.

Para cerrar el post, una frase de Jesús Jiménez, de Spax; muy aleccionadora para entender la realidad del mercado.

“Los americanos solo piensan en empresa, los alemanes no dejan de hablar del producto y los asiáticos ponen el foco en el cliente”. ¿A quién les va mejor?

Ahora que ha acabado la feria de Coferdroza un sitio que hemos descubierto en Zaragoza: El Descorche.  

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Jubilado del Sector
Jubilado del Sector
04/10/2019 11:38

!! Cuantas verdades reflejas en tu escrito !!.
Recuerdo un viaje a Escocia en donde no se pisó ni una acera de pueblo o ciudad. Los detalles para llevar a casa en el Aeropuerto.

Y otro muy agradable en el que después de ver a fondo la fábrica a la que fuimos, nos quedó tiempo suficiente para ver Budapest y pasear en barco por el Danubio. Año 2004

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