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Hectopascales, ferretería y obra pública

Yo este post quería titularlo “A Cántaros” como la canción que compuso Pablo Guerrero a comienzos de los 70 para exorcizar los últimos demonios de una dictadura que no acababa de irse por las alcantarillas. Por esa misma cloaca habría que mandar a esta clase política corrupta, narcisa e incapaz que nos ha obsequiado con un semestre de incertidumbre cuando apenas habíamos abandonado la gruta del receso.

Como ya está lloviendo suficiente he preferido poner un título más neutro y no provocar a los cielos; he recordado que la presión atmosférica, las borrascas y anticiclones, influyen sobremanera en las ventas de nuestro canal. Ya fue una mala campaña la de calefacción del pasado invierno porque no llegaba el frío y ahora, la lluvia, está condicionando las ventas de accesorios de riego. Y encima si se concentran las precipitaciones en fin de semana las tiendas dejan de hacer acopio porque saben que disminuye el flujo de clientes. Hay muchas familias de producto en nuestro canal que deben mirar tanto al cielo como los agricultores. Para que no se aúnen las inclemencias atmosféricas con las políticas espero que las elecciones en ciernes nos dejen un panorama anticiclónico y una catarata de decisiones, ya muy retrasadas, que pongan en juego esa obra pública que tanto echa de menos nuestro sector.

Ya está bien de sufrir la caída de precipitaciones y las indecisiones de los necios.

De recomendación gastronómica un estupendo asador castellano en Chamberí. Eso sí, con un nombre complicado. El Pedrusco de Aldealcorvo. No se pierdan el cochinillo ni el lechazo.

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