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Los liquidadores y Sicur

El próximo 26 de abril se cumplen 30 años de la catástrofe de Chérnobil, un siniestro que acabó contribuyendo al desmantelamiento de la URSS y estuvo a punto de dejar inhabitable nuestra querida Europa. Eso se supo después; lo único que todavía funcionaba del ya engendro soviético a mitad de los ochenta era el aparato de desinformación. Con la excusa del sabotaje imperialista y la paranoia de la época se negaron a reconocer la magnitud del accidente y a aceptar, en un principio, la ayuda externa. Aunque las cifras son dispares se calcula que alrededor de 600.000 personas participaron en paliar la proporción del desastre. Sólo el personal militar fue obligado; el resto, voluntarios que no querían ser mal vistos en el partido. Conocidos como los liquidadores, fueron enviados sin el equipamiento que exigía el protocolo a la zona cero. Más de 100.000 murieron en los siguientes diez años. Eso sí, condecorados. Ninguno quedó libre de las enfermedades derivadas de las dosis de radiación a las que fueron expuestos. El caso más extremo está muy bien contado en uno de los episodios del libro Voces de Chérnobil de Svetlana Aleksiévich, la última Nóbel de Literatura. Se refiere al destacamento de bomberos de Kiev que se encargó de apagar el incendio del reactor 4. Trabajaron desprotegidos y ninguno sobrevivió más de dos semanas.

Esta introducción me da pie para encontrarme con el legítimo tema de este post: el Salón Internacional de la Seguridad que celebra, del 23 al 26 de febrero, una nueva edición. Por lo que me cuenta la organización y por lo que me dicen los expositores, la feria es de las que mejor ha respondido a los embates de la crisis económica y a la pérdida de crédito de la industria ferial. Se mantienen desde 2010 con un número estable de 1.300 empresas expositoras –entre directas y representadas- y con un número de visitantes levemente superior a los 38.000 de media. La edición del 2016 no será nada diferente por lo que Sicur seguirá siendo el referente absoluto en nuestro país para el sector de la seguridad. Si en el 86 se hubieran repartido entre los liquidadores unos miles de equipos NBQ las consecuencias no habrían sido tan trágicas. Eran otros tiempos y otras localizaciones pero me recuerdan que cada día las empresas de EPIS contribuyen a minimizar los riesgos y a extender la seguridad, la higiene y la comodidad entre los trabajadores.

Como punto final frases de veteranas marcas expositoras. Como contrapunto.

“Es, sin duda, la feria que más nos interesa. Un evento imprescindible para presentar productos obligatorios y con varias rotaciones al año”

“Con la decadencia de Ferroforma, Sicur se ha quedado sóla en España para representar al sector de los EPIS”

“Creo que el formato es apropiado, por número de días y horario; quizá tenga unos precios todavía elevados. Con un formato más próximo a stand modulares creo que se fomentaría una mayor participación”

“Sicur es poco conocida en el exterior y, por lo tanto, no ayuda para nada a la exportación”

“La Feria cumple con todas las expectativas a excepción de la del negocio directo. Ya no hace falta llevar hojas de pedidos y no podemos olvidar que la inversión en los tres días sobrepasa los 60.000 euros”.

De restaurante uno de pescado y marisco que ahora baja después de las fiestas. El Barco Aparicio.

 

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