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La rapiña y la cosecha

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

Viaje de trabajo por Euskadi hace dos semanas; viento sur y casi 20 grados en Bilbao. En las visitas realizadas buenas perspectivas para el año entrante y, como estaba calentito y recién llegado, como tema preferido la Feria de Profer de 2015 en Zaragoza. Más en concreto el precio de los stands. Todos dejan claro que intentar hacer negocio con el precio del suelo no parece la mejor forma de fortalecer un evento que ya sufrió duras críticas por la escasa asistencia de ferreteros en Tenerife este pasado marzo.

Lejos de cargar las tintas sobre Profer lo que quiero es recordar a todas las cooperativas y grupos de compra del sector que el negocio no puede estar en la rapiña. Como decía uno de los amigos del norte; “si de algo sabemos en el País Vasco es de impuestos revolucionarios y por ahí ya no pasamos”. Se refiere al precio del metro cuadrado de un stand, sí, pero también a los 300 euritos de la foto del folleto, a ese rappel que no viene a cuento en una feria virtual, al tanto por ciento por una fusión que no incrementa ni garantiza más ventas, etc…. Males comunes a todos estos entes sin distinción.

El negocio debe arrancar de entidades bien cohesionadas en las que todos los socios remen en la misma dirección y compren “por dentro”. Si no cumplen deben quedar excluidos. No vale con largar la patata caliente al proveedor. Ni que decir que al frente del departamento de compra de estas entidades deben figurar los mejores compradores –en la elección de productos, en el conocimiento del mercado, en la negociación de los precios y a la hora de garantizar el servicio- para que el socio compita en las mejores condiciones posibles  e incremente sus ventas.

Para ayudarles a no perder la perspectiva voy a rememorar a Mao Zedong; el acrisolado genocida chino provocó la muerte de 45 millones de sus compatriotas entre 1958 y 1962 tratando de implantar unas medidas económicas absurdas. Casi todos por hambre. Una de las más emblemáticas recuerda cómo El Gran Timonel pretendió acabar con los gorriones -que consideró enemigos del pueblo- porque se comían las cosechas; millones de chinos se encargaron de impedir durante días que las aves se posaran en tierra firme y éstas murieron de agotamiento. La muerte de los pájaros dejó sin enemigos naturales a los insectos y estos proliferaron para arrasar una cosecha que se consideró la más raquítica de la historia y acabó en la gran hambruna.

Pájaros? Insectos? Sólo la cosecha. Coman de lo que siembren, no de lo que se apropien.

Como no hay viaje al País Vasco sin restaurante o platos con enjundia no puedo dejar de citar los callos del Toloño en Vitoria y un magnífico menú por debajo de los 20 €/pax en La Batea en Barakaldo, cerquita del BEC.

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