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España y Portugal, arrodillados pero de espaldas

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

Es un clásico de las relaciones históricas entre los dos países; españoles y portugueses, portugueses y españoles siempre se han dado la espalda. Cuando los vecinos miraban al mar nosotros lo hacíamos al continente; cuando ellos se apoyaban en Inglaterra nosotros en Francia.  Los ciudadanos de ese mercado ibérico que parecía a la vuelta de la esquina hace unos años, siguen teniendo un profundo desconocimiento de lo que pasa al otro lado de la frontera.

En una reciente conversación me trasladaban que el responsable máximo de una multinacional europea, con nacionalidad portuguesa y residencia al otro lado del Guadiana, decía “preferir ir con cuidado en el mercado español porque era muy complejo y tenía miedo a los impagos”. Me quedé con los ojos como platos porque ese argumento me lo habían dado en repetidas ocasiones desde el lado español para referirse al mercado portugués. Sólo el escaso conocimiento de la otra parte puede generar unos miedos tan absurdos como frustrantes y desalentadores desde el punto de vista económico. Hay españoles y portugueses haciendo buenos negocios con sus vecinos pero seguro que este ratio sólo debe crecer. No hay que olvidar que si España ejerce de trampolín para la exportación al Cono Sur, no lo es menos que apostar por Portugal es acercarse desde el punto de vista económico a Brasil y a los territorios africanos que durante la época Colonial dependieron de Lisboa: Angola, Mozambique.

Lo dicho la troika comunitaria consiguió ponernos de rodillas a todos los ibéricos con su recetario de austeridad desmedida pero seguimos dándonos la espalda a pesar de nuestra cercanía.

Esa continencia en el gasto por la que abogaba Juan Iranzo en el XV Congreso Aecoc de Ferretería y Bricolaje y que sólo atañía a los demás; corría el 2012 y como ponente nos habló de los países GIPSI, aquellos que arrastraban unos altísimos déficits públicos en Europa. España era de uno de ellos y Juan contribuyó a su empobrecimiento trincando 46.800 € de una tarjeta opaca de la extinta Caja Madrid. Excelente ejemplo del que era  Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Madrid y que me da pie a recordar una canción del recientemente homenajeado en el aniversario de su muerte José Antonio Labordeta: “El Decreto 33: tú te lo llevas, yo también”.

Como recomendación de esta quincena la película La Isla Mínima de Alberto Rodríguez; buen cine español de intriga y crímenes rodada en el Coto de Doñana; no se pierdan la actuación de Antonio de la Torre

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Enrique F. Coco
Enrique F. Coco
23/10/2014 11:04

Como siempre brillante Javier. Pero no hace falta irse a Portugal, que no es precisamente lejos, basta con mirarnos un poco más cerca: arrodillados y de espaldas entre nosotros.

Yolanda
Yolanda
23/10/2014 10:43

Cuanta razón Javier.
Genial !!!!

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