Inicio / Opinión / El caos llegó para quedarse

El caos llegó para quedarse

Estoy seguro que al “negro” que diseña los discursos de la alcaldesa Botella le han aparcado cerca de la Concejalía de Movilidad y Transportes del Ayuntamiento de Madrid. El responsable del “relaxing cup of café con leche” tiene que estar detrás del lenguaje carpetovetónico que utiliza este departamento para estimular y regular el tráfico en la ciudad. He visto un luminoso que anunciaba un “cruce con regulación semafórica” y han bautizado la señalética que tiene que ver con el Madrid Río como “Senda ciclable con prioridad peatonal”. Casi nada en un país ajeno a la educación y a la fraternidad vial.

La otrora infernal M-30 –ya soterrada- se ha convertido en un paisaje amable y más silencioso, aunque no han acabado con la fetidez del Manzanares –las aves, que han vuelto, supongo que llegan con su pituitaria atrofiada por algún experimento genético- ni con la circulación anárquica que ahora protagonizan los que la transitan. En un paseo en bici reciente –que soñaba sosegado- me encontré con abuelas enganchadas por el codo caminando de cuatro en fondo –en modo paseo hacia la Novena-, patinadores de todas las categorías, adolescentes en monopatín, niños a su libre albedrío, tip@s con perro atado, semiatado y suelto, bicicletas por doquier, para una, dos, cuatro y –asómbrense- ocho personas, también malabaristas y funambulistas ocupando parte de la calzada. Como la gran mayoría va aislada escuchando música, el parque con el que Gallardón hipotecó la economía presente y futura de los madrileños, recuerda al tráfico interespacial que se daba en La Guerra de las Galaxias cuando aparecía la Estrella de la Muerte.

Este universo me pareció una metáfora estupenda de lo que pasa en el sector de ferretería y bricolaje. Juan Manuel lo clavó en su post “Mareando la perdiz”.

El nuestro es un mercado convulso hasta el extremo con la venta como única prioridad para los proveedores y en el que el todo vale gana adeptos cada minuto. En los últimos tiempos los que siempre respetaron al canal –todos sabemos quiénes son y lo escasos que se han vuelto con la crisis- dicen en voz alta que el partenariado, siempre buscado con la distribución, es un rotundo fracaso. La irrupción de Amazon y Rakuten ha acabado de dinamitar la frágil telaraña de estas relaciones y obliga a replantearse la estrategia comercial cada día. El negocio de la ferretería y el bricolaje está en plena combustión y el tiempo nos dirá cuántos de los actores que lo protagonizan han quedado calcinados. La lentitud con la que se mueven las organizaciones tradicionales para poner en marcha esas cadenas de ventas sobreanunciadas sólo contribuye a avivar el incendio y a hacer crecer la sangría de ventas que se escapan de los canales offline.

Para tradicionales, los torreznos que me comí el sábado pasado en el restaurante La Porticada en la plaza mayor de Riaza –Segovia-. Aunque no funcionen para lucir trikini en la playa, son una delicia para el paladar. Feliz verano.

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios

Más noticias sobre...

Scroll al inicio