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Tiempo libre,”nec otium” y bricolaje en el sur de Europa

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

La cuasi furtiva aparición del trío Bricomanía en Aecoc, el contundente mensaje de la última campaña de la Plataforma de la Construcción -dejando claro que el trabajo de los profesionales no es un hobby– y la iniciativa el Día de la Casa esta primavera, me han servido para meditar sobre la palabra bricolaje y su relación con nuestro ocio, con el tiempo libre. El término negocio deriva de las palabras latinas nec y otium, nada menos que la negación del ocio. Para los romanos otium era lo que se hacía en el tiempo libre, sin ninguna recompensa; el negocio era, por tanto, lo que se hacía por dinero.

Como precisión debo decir que si uno monta una empresa de bricolaje, lo hace para conseguir réditos monetarios, que si un usuario final dedica tiempo con pericia y aprovechamiento a las ñapas caseras, además de ahorrarse peculio, aparece un componente de satisfacción personal que excede con mucho a la inversión evitada.

Sobre la imbricación entre la ferretería y el bricolaje no merece la pena abundar; las fronteras entre ambos términos son cada vez menos reconocibles y nada más lejano a mi propósito que invitar a poner límites al universo del tornillo. Huyo de la tendencia al etiquetado chacinero; no importa si vendemos babilla, falda o chuletón. Vendemos carne.  Es evidente que toda esta industria, la ferretera y afínes, se beneficiaría de un incremento de la actividad bricolajera, de que el crecimiento de la pasión por esta forma de ocio sería básica para elevar varias dígitos la cuenta de resultados de todos los que formamos parte del sector, del negocio.

Sobre por qué los países de la cuenca mediterránea estamos lejos del nivel de actividad del usuario final septentrional en esta materia se han dicho muchas cosas; que si las muchas horas de sol anuales nos alejan del bricolaje, que si el tipo de construcción vertical es menos propicio, que si la idiosincrasia propia del latino y su afición por las relaciones personales. De mi cosecha yo pongo otra relevante. Los extensivos horarios laborales; la mayoría de los currit@s del país no comparecen por su casa antes de las 20 horas y los fines de semana largos brillan por su inexistencia. Poca energía queda para otra cosa que no sea embolicarse con la tele y acumular fuerzas para la jornada venidera.

¿Por qué creen ustedes que estamos lejos de los europeos del norte en tiempo dedicado al bricolaje?

Espero sus comentarios y que la pregunta anime al debate.

Por cierto enhorabuena a Felicidad Martínez y al equipo de marketing de la Plataforma de la Construcción por la campaña referida al inicio del blog. Mensaje potente y con el foco muy bien dirigido.

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Alex
Alex
13/03/2014 11:48

Querido Javier….sabias y acertadas palabras.

Desde hace muchos años vivo del bricolaje y con el bricolaje, de lunes a viernes, disfruto y sufro con el….y lo curioso es que cuando llega el fin de semana, sigo haciendo bricolaje que además comparto e involucro a mi familia e incluso vecinos.

Para nosotros el bricolaje es sinónimo de diversión, superación, ahorro, complicidad, solidaridad…etc, etc.

Sin embargo día tras día vemos como el bricolaje es “aburrido”, triste, oscuro, algo que está en el Rincón, que lo haces “por no tener un duro”, que no puedes pagar para que lo hagan.

Lo triste es que es un mensaje que se lanza desde la distribución, fabricantes, tiendas, ferreteros y claro….el cliente final no es tonto.

¿estamos dispuestos a cambiar el mensaje?

Mientras tanto seguiré disfrutando del bricolaje e intentando cambiar el mensaje, lo más que puede pasar es que me equivoque, pero ¿y si no es así?

Un abrazo

Joaquim Oliveira
Joaquim Oliveira
06/03/2014 15:52

Hola.
De Lisboa, pedindo disculpa pelos errores en lo castellano, vengo a comentar.
Profissional en la area de las ferreterías, soy aficionado de lo bricolaje. Nieto de un agricultor y de un orfebre, tengo lo placer de escuchar mi madre diciendo que pego en las herramientas como mi abuelo, y de escuchar mi mujer diciendo que mi hijo lo hace como yo. También por aquí pasan los afectos!
Estoy de acuerdo con la cuestión de lo tiempo libre y de los pisos. Mas, y me refiero a Portugal, con la idea de que como vecinos, tenemos mucho de común, con España, me parece haber un motivo más, con alguno peso; La no valoración de lo trabajo manual! Peor, lo trabajo manual es entendido, muchas veces de forma involuntaria, como una cosa de pobres y ignorantes!
Sería importante, en mi punto de vista, valorar lo trabajo manual en las campañas direccionadas a los consumidores, mostrando la importancia de las manos de un cirujano, de un escultor, de un científico!
Un saludo desde Lisboa
Joaquim

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