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Independència i reclamacions

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

No es un error idiomático; sólo he titulado en catalán. Después de algunos meses de mirar para otro lado voy a abordar el tema de la independencia de Cataluña en esta tribuna ferretera y desde una óptica personal; un complejo prisma que paso por el tamiz particular de mi vasta y singular visión de España. Lejos de la bunkerización de las dos posiciones enfrentadas y ajena a los intereses partidistas de unos políticos ventajistas que no nos merecemos en ninguna de las dos orillas del Ebro.

Lo de la reclamación va por una anécdota ocurrida en el Bricoking de Lleida y que ha servido para propulsar este post. Parece ser que el propietario y uno de sus operarios de una marca de la estepa castellana estaban montando un expositor en la tienda cuando se les acercó un cliente para preguntarles por uno de los productos expuestos. Aunque no formaba parte de sus atribuciones, al ser personal ajeno al establecimiento, intentaron resolver las dudas del cliente lo mejor que pudieron. El cliente les pidió que se lo explicaran en catalán y, como ninguno de los dos se maneja en la lengua de Ramón Llull, el episodio acabó en reclamación contra la tienda a pesar de la intermediación del gerente del punto de venta. Anécdota y disparate.

No soy sospechoso de nada ni milito en ningún nacionalismo. Hice la obligatoria mili en Cáceres y mis mejores amigos siempre eran de Barcelona por la sencilla razón que tenían en común más conmigo que los demás por proceder de una gran ciudad. En Madrid he visto conciertos de Lluís Llach y a su inspiración le debo un arrobado pero escaso conocimiento del catalán; la misma devoción que le profeso a la trikitixa de Kepa Junkera o a la guitarra de Johnny Cash. No me interesan las guerras lingüísticas o las fronteras culturales y prefiero aprovechar las mejores inspiraciones de todos los mundos.

España es un país petit, adscrito a la Comunidad Europea que es un ente con una masa crítica de habitantes muy justa para pelear con las economías ya establecidas y con las potencias emergentes del sudeste asiático. Juntos somos pocos, separados casi nada. España perdería mucho peso sin Cataluña y ésta se convertiría en una economía residual. Sé de fabricantes catalanes de nuestro sector que han reunido a sus trabajadores para decirles que fuera de España tendrían que cerrar porque perderían al más importante de sus clientes. También conozco a los que todas las navidades renuevan su boicot al cava y acaban bebiendo unos espantosos espumosos de Toledo. Les animo a hacer oídos sordos a los políticos a los que sólo interesamos en época electoral y sentido común para aprovechar lo que nos une y desterrar lo que nos separa. No se dejen embaucar; a la mayoría silente, la que se preocupa de pagar cada mes esa factura de la luz que no para de crecer, el tema le resbala.

¿Qué sería de Ehlis que cuenta con más de 1.000 puntos de venta en toda España si fraguase la independencia? ¿Y la cadena de tiendas que parece que llega de QF+ a nivel nacional? ¿Se quedaría en las cuatro provincias catalanas? ¿Venderían más en el Rosellón? Y los fabricantes y comercializadores a este lado del Ebro…¿perderían el mercado catalán? ¿Existirían nuevos aranceles para cambiar de país? ¿Qué moneda utilizaríamos?

Los nacionalismos nunca condujeron más que a conflictos, sangrías y pérdidas económicas. En Barcelona acaban de abrir un establecimiento de comida rápida llamado Butikfarra que podría tener adeptos en cualquier lugar de la Península, como alternativa a la hamburguesa, si no fuera por el atrincherado encono existente entre Madrid y Barcelona.

PD: me apena haber visto a Lluís Llach manifestarse a favor de la independencia en Vinaroz. Prefiero recordarle cuando decía

“De res no valen banderes que no ens facin d’abrigall pel fred de la llarga espera del gran nom, llibertat” en una de las estrofas de la canción “Jo hi sóc només si vols ser-hi”.

Dice algo así como que “las banderas sólo sirven para abrigarse mientras esperamos durante un largo tiempo que llegue la libertad”.

Es habitual encontrar en sus mensajes ideas anarquistas, antinacionalistas, pacifistas, a favor de la igualdad entre sexos… ¡Qué decepción! Pensé que estaba contra todas las banderas y resulta que también depende de los símbolos y colores que representan.

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Smart Mapa
Smart Mapa
23/01/2014 17:03

Nos gusta tu comentario.
Un abrazo desde Barcelona.

Lola Vaticón
Lola Vaticón
23/01/2014 15:29

Excelente reflexión, Javier… Los políticos catalanistas están orquestando un populismo soberanista descarado, sin afrontar los verdaderos temas urgentes de empobrecimiento, de paro y de recortes sociales. El gran problema es que pescan en una pecera de ciudadanos encantados con el desiderátum de la independencia……han comprado que España les roba, han comprado una identidad soberana, han comprado una represión lingüística y cultural.
¿Y al otro lado del Ebro? Falta completa de discurso político, falta de hábito de debate y cerrazón carpetovetónica. Y ciudadanos pendientes de quien va a ir a las primarias del PSOE o de quien gana la cojocopa….
Pero hay tradición, durante la transición resultó más fácil satisfacer las aspiraciones autonómicas (existieran o no) que las de clase social (salario mínimo razonable, coberturas sociales, etc).
Y Lluis Llach fue un icono antifranquista muy potente, pero no es ningún mesías. Se retiró, es viticultor y envejece con sentimentalismo local, como casi todos…

Luis
Luis
23/01/2014 13:10

En esos conciertos de Lluís Llach en Madrid, a los que ambos hemos ido, se respiraba un entusiasmo tan desbordado que yo creo que a él mismo le seguía resultando sorprendente, tantos años después. Me resulta muy difícil imaginar un lugar en el que pueda crearse un clima de satisfacción y emoción parecidas…

Por eso mismo quiero pensar que en la foto de Vinaroz -cuya decepción yo también comparto contigo, a mi manera- siempre habrá algo que se me escapa, que no entiendo lo bastante. Aunque esa condescendencia no la tengo ni con los políticos y sus burdos manejos, ni con el nacionalismo en sí mismo…

José Manuel
José Manuel
23/01/2014 11:11

Enhorabuena por tus comentarios con tanto sentido común.
Yo también soy partidario de sumar, disfrutar de las singularidades de cada región y recordar que “todas” las personas debemos tener los mismos derechos y obligaciones.

Alfonso
Alfonso
23/01/2014 10:33

..comparto tu visión.. me encanta Cataluña, su cultura y tradiciones, me encantan sus gentes , con su empuje y su pragmatismo.. y siempre beberé cava catalán..pero a pesar de tener buenos vinos en mi zona, beberé Rioja..y me encanta la fabada asturiana, el gazpacho andaluz en verano..¡y las papas arrugás en Las Canteras de Las Palmas !!!.. Creo que deberíamos conocernos todos más para poner en común y sumar..y trabajar cada día..

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