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Sobreviviremos

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

La profesión periodística, denostada y peor pagada, nos regala de cuando en cuando periplos viajeros que nos permiten vivir experiencias impagables. En las últimas semanas he tenido la suerte de acudir a Bönn a una rueda de prensa y de hacer 1.500 kilómetros por España tocando Bilbao, San Sebastián y dos ciudades y un inhóspito pueblo de la provincia de Huesca: Monzón, Binéfar y Gurrea de Gállego.

De la antigua capital de la República Federal de Alemania –lo fue desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1990- me quedo con una visita al jardín botánico de la Universidad; y no sólo por la categoría del recinto renacentista y por la variedad de la flora que alberga, que también. El motivo de mi alborozo es que la visita guiada la hacía uno de los máximos responsables de esta centenaria institución y lo hacía, con un grado de entusiasmo y conocimiento, que estuve a punto de enrolarme en su ejército de jardineros como voluntario. ¡Qué dicha encontrarse con profesionales a los que le gusta su trabajo! En la sección denominado Arboretum, nos mostró un ejemplar de la familia de las coníferas que había logrado adaptarse a los recurrentes incendios en California lanzando las semillas a más de 500 metros en el momento más crítico de su existencia. A los conos en el momento de la eclosión sólo les falta cantar el I will survive de Gloria Gaynor  como celebración del milagro.  Como de sobrevivir se trata, un breve paso por la Bienal de la Máquina Herramienta en Bilbao nos dice que las empresas listas y preparadas hacen lo mismo: trasladarse a otros países para vender sus productos e hibernar en el mercado interior hasta que el sotobosque vuelva a brotar.

En San Sebastián sufrimos con deleite la hospitalidad de Karolo Quecedo, magnífico anfitrión y excelso cocinero. Hablo en plural porque ya me acompañaba Juanma. Junto a una veintena de profesionales del sector -proveedores y distribuidores-  dimos cuenta en su sociedad gastronómica de un menú fuera de categoría: por exquisito y pantagruélico. Una pequeña venganza contra los abusos de los financieros ¡Va por Rato!  Al éxito de la celebración contribuyeron las ganas y el saber hacer de Rafael Muratori. El exdirector comercial de UNIFE, reparte bondad con cada mirada.

Madrugón desde Pamplona y una ruta idílica por el pre pirineo camino de Monzón. Para quien no conozca la zona, pasar junto a los Mallos de Riglos es toda una experiencia. En los alrededores también se puede visitar el Castillo de Loarre y el Monasterio de San Juan de la Peña. Habrá que dedicar a la comarca un fin de semana. Ya en la ciudad oscense visita a Bricolux; a esta empresa de pequeño material eléctrico la he visto desembarcar en la ferretería y el bricolaje e ir creciendo hasta liderar este segmento de negocio y zamparse a alguno de sus principales rivales. ¿Cómo? Duro trabajo, excelencia en los métodos, un producto que cuida el diseño y una relación calidad/precio inalcanzable para competidores de tanta alcurnia como Legrand o Niessen. Pasear por sus instalaciones es como hacerlo por un laboratorio médico: pulcritud y orden, los mejores aliados de la logística. Felicitaciones a Miguel Ángel y Daniel.

En Binéfar, la capital de la comarca de la Litera, fabrica desde 1965 Pinturas Lepanto. La familia Ruiz, con Alfonso a la cabeza, son pioneros en nuestro sector y están embarcados en una operación de cambio de imagen que seguro les reporta beneficios. Empresa modesta y sólida están muy comprometidos con el medio ambiente con la apuesta por su gama de pintura ecológica y con certificados ISO al nivel de cualquier multinacional. Cuando habla de la pelea de precios, Alfonso asegura que en esta familia de productos se mantienen usos de antaño: ponerle más agua al producto o escatimar kilos en los envases. Desde ASEFAPI, la asociación de Fabricantes de Pinturas y de Tintas de Imprimir, de la que son socios, luchan contra ello. Hay cosas que nunca cambian.

El pueblo inhóspito es Gurrea de Gállego, muy cerca de la plataforma logística de Coferdroza, la que tan bien le ha venido a Cecofersa. Zona ventosa y con aspecto desértico que alberga la firma trefilera Procoard desde que huyera de los precios marbellíes del cinturón industrial barcelonés. Allí ofician Luis Pelegrín y Joan Puig de lunes a viernes. Desahogadas y modernas instalaciones; variado producto y de calidad. El problema es que en un sector tan cercano a la construcción las interminables bajadas de precios están hipotecando el presente y el futuro. Pensando en voz alta sobre las cooperativas y centrales de compras el mismo mensaje recurrente: “Piden mucho y no garantizan nada”.  Cuando salíamos del parking, rodeados por un paisaje lunar,  entendimos que la capacidad de adaptación de nuestra especie también es formidable.

Sobreviviremos.

 

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