Inicio / Opinión / Ignacio Mártil / ¿Qué razones hay para promover el autoconsumo de energía eléctrica?

¿Qué razones hay para promover el autoconsumo de energía eléctrica?

Por Ignacio Mártil

Continúo en este post el análisis del autoconsumo de energía eléctrica. Tras describir en el anterior post en qué consiste, en esta ocasión desgrano las principales razones para promoverlo y las dificultades a las que se enfrenta en España.

Además de obtener toda o parte de la energía requerida al cabo del día, el autoconsumo doméstico de energía eléctrica presenta otras ventajas:

– Permite y posibilita la independencia energética, con lo que disminuye la factura por la importación de combustibles fósiles, principalmente gas. El gas es el combustible que utilizan las centrales de ciclo combinado de las que hay instalados 27.000 MW en la actualidad, la cuarta parte de toda la potencia instalada en España. Los principales suministradores de gas natural son Argelia, Nigeria y Rusia, países con situaciones políticas frecuentemente inestables, lo que puede comprometer el suministro de manera regular y continuada en el tiempo.

– Facilita el desarrollo de industrias propias, que promueven empleos de alta cualificación. El autoconsumo favorecería al sector renovable, lo que a su vez llevaría aparejado un impulso a la creación de empleo cualificado, estable y repartido por todo el territorio nacional.

– Promueve un tipo de consumo distribuido y cercano al punto de consumo, evitando los impactos de toda índole de las grandes redes de distribución (daños medioambientales, pérdidas de energía en el transporte). La energía fotovoltaica es esencialmente simple y modular en lo que a instalación se refiere y se puede adaptar perfectamente a las necesidades de diferentes tipologías de hogar sin sobrecostes significativos. Además, favorece un consumo responsable y eficiente, al ser cada ciudadano autosuficiente en sus necesidades y, por lo tanto, facilita la toma de conciencia respecto a un consumo limitado y ajustado, minimizando el derroche energético propio de los países industrializados.

– Minimiza las emisiones de CO2, asociadas al consumo energético en los hogares, al eliminarse la electricidad generada mediante combustibles fósiles.

– Es rentable en términos económicos. Como tuve ocasión de detallar en otro artículo, una instalación de autoconsumo puede costar cerca de 6.000 euros –sin elementos de almacenamiento– para un hogar medio integrado por tres personas. Con los niveles de irradiación anuales de la mitad meridional de la península, Baleares y Canarias y al coste actual de los diferentes elementos que integran la instalación (paneles solares, inversor, regulador, etc.), con los tipos de interés vigentes y una evolución de inflación en el entorno del 2%, la inversión se amortizaría en un plazo de 6-8 años, siempre y cuando el balance neto esté regulado adecuadamente, es decir, el usuario de una instalación de autoconsumo pueda volcar a la red el exceso que produce en las horas centrales del día, recibiendo remuneración por ello, mientras que en los días nublados y por la noche, consume de la red la energía necesaria.

La figura muestra un esquema de la instalación con el doble contador para gestionar el tráfico de energía bidireccional (de la instalación a la red y viceversa):

autoconsumo fotovoltaico
Esquema de una instalación de autoconsumo con balance neto. Imagen: Autoconsumo fotovoltaico.

¿Qué dificultades encuentra el autoconsumo?

Principalmente dos:

Legales: el Real Decreto 900/2015 de 9 de octubre de 2015, regula las condiciones, procedimientos, penalizaciones, etc. al autoconsumo de electricidad. El Decreto necesita ¡¡44 páginas!! para describir la casuística y las trabas de todo tipo a las instalaciones, al volcado de energía a la red, a los pagos por la utilización de ésta, etc.

Arquitectónicas: una de las principales limitaciones que tiene la energía solar fotovoltaica es que para producir cantidades significativas de energía requiere de apreciables cantidades de terreno. Tal y como he descrito en este artículo, para unos niveles de iluminación como los que tenemos en promedio, en la Península Ibérica y con un consumo energético también promedio, se necesitan alrededor de 8-10 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos por persona para cubrir ese consumo.

Dado que en España, alrededor del 65% de la población vive en bloques de pisos, frente al 46% de la media europea, el problema es muy evidente. Para poder ser una práctica generalizada, el autoconsumo debería plantearse en términos colectivos, tipo cooperativa; no parece sencillo poder llevarlo a cabo en el corto plazo.

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
2 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Pedro
Pedro
23/01/2022 21:23

Grandísimo artículo.
Gracias por compartir sus conocimientos.

Rafael
Rafael
25/03/2018 13:43

Como siempre da usted en el clavo, D. Ignacio, todo son trabas, pienso igual que usted, pero sale rentable a pesar dé. En algunas comunidades sale más económico, si a esos supuestos 6000€, le reducimos subvenciones de algunas Autonomías, en mi caso, la Andaluza, este tipo de instalaciones las subvenciona con hasta un 40%.
Es verdad que sin el balance-neto, el tiempo de amortización es más largo, pero esperamos que vengan tiempos más favorables y así se acortará esta inversión. Ahora mismo mi planta esta inyectado a la red mi exceso de producción (W), que no consumo, sin recibir nada a cambio, e incluso la Compañía se los cobra al vecino de al lado.
Yo propongo un banco de Watios sobrantes en red, para contribuir a la pobreza energética, sé, que esto, hoy no es ninguna idea descabellada, porque en otros países, puede almacenar energía en la nube.
Un saludo, Rafael.

Scroll al inicio