Casi todos – por no decir todos – sabemos que Steve Jobs ha sido una de las mentes más revolucionarias del mundo de los negocios, en especial, de la tecnología. ¿Por qué no puede serlo un instalador?
Cofundador de Apple y uno de los creadores de Pixar, Jobs ha conseguido ser conocido, no solo entre los fans de la marca del iPhone, sino también por los que no lo son y se decantan por la competencia.
Muchos de vosotros os preguntaréis que qué tiene que ver vuestra empresa, en la que solo estáis vosotros (ya que muchos sois autónomos) o sois pymes, con Apple, que actualmente cuenta con casi 150.000 trabajadores repartidos por todo el mundo.
A lo largo de este post, os demostraré que tenéis en común mucho más de lo que podéis imaginar y que adquirir aprendizajes de compañías de otros sectores a las que les va bien o los lideran, forma parte de nuestras ‘deberes’ como profesionales y, sobre todo, como empresarios.
Eso sí, aplicándolos siempre a nuestra realidad como sector y como empresa.
Marca personal: ¡tienen que hablar de ti!
Puedes ser un gran profesional y una brillante empresa, pero ¿qué pasa si el sector o tus clientes no hablan de ti?
La visibilidad, y no me refiero a la que te dan los medios de comunicación – ¡que no todo me lo llevo a mi ámbito! -, sino a la que tú mismo puedes generar a través de la marca personal, fue una de las grandes especialidades de Steve Jobs.
Hoy en día es difícil no recordarlo con unos vaqueros, un jersey (casi siempre negro para darle un toque de más formalidad) y unas deportivas. Su imagen, coherente con aquello que vendía, siempre fue una de sus señas de identidad.
De ahí, la importancia de que cualquier instalador tenga una imagen cuidada: un uniforme corporativo, a juego con la publicidad de su vehículo profesional, y un logo que lo identifique en todos los documentos que entregue a clientes, distribuidores o proveedores, así como en su web o redes sociales, que, al final, no dejan de ser su escaparate virtual.
La imagen, nos pese o no, es el primer proceso de selección que debemos pasar como profesionales para que el cliente se plantee elegirnos. Y, además, nos ayuda a ser reconocidos.
Pero no es lo único: si esta no va acompañada de algo más, poco o nada podremos hacer con ella, ya que el cliente se acabará quedando con otro profesional. ¡Y eso Jobs lo sabía muy bien!
Cinco recomendaciones
Aquí van cinco tips o consejos que, en línea con lo que hizo el director ejecutivo de Apple a lo largo de su vida, ayudarán a todo instalador a trabajar esa marca personal y, por tanto, a ganar visibilidad:
1. Constancia
Como tantos instaladores que han comenzado muy jóvenes en el oficio, y muchos siguiendo los pasos de sus progenitores, Steve Jobs se inició muy pronto en el mundo de la electrónica.
Su padre adoptivo tenía como hobby la electromecánica y, cada tarde, ambos se dedicaban a ella en el garaje de su casa. Con tan solo doce años, Jobs ya tenía su primer ordenador y, desde entonces, supo a lo que se quería dedicar.
Aunque siempre manifestó su desencanto con la Universidad (que la abandonaría a los pocos meses de empezar), no cesó en su intento por crecer y formarse día a día en aquello que le apasionaba.
De hecho, comenzó a echar una mano a uno de sus vecinos de Palo Alto (Estados Unidos), que trabajaba en una empresa tecnológica, en la que posteriormente también sería contratado él.
La constancia a lo largo de los años es clave para llegar a tener y mantener tu propio proyecto empresarial. Sobre todo, cuando el trabajo va más allá de las ocho horas reglamentarias de lunes a viernes y, entre trabajo y trabajo, tienes que gestionar emails, atender llamadas telefónicas, realizar presupuestos, hacer pedidos al distribuidor…
2. Enseña tu profesionalidad
De poco sirve que realices una instalación compleja para una nota de 10, si nadie más lo sabe.
Esto no significa que alardees de ello a bombo y platillo (porque podemos generar el efecto contrario), pero sí que seamos conscientes de que el trabajo de calidad debe ser compartido a nivel sectorial para que, al menos, si no hablan de ti, comiencen a hacerlo a través de tus trabajos de calidad.
En este punto, y así lo hizo también Jobs, el que otros te conozcan para que te puedan recomendar es muy importante (se conoce como marketing de recomendación).
El sector, es decir, fabricantes, distribuidores, e incluso otros instaladores que no trabajan en tu zona geográfica o por sobrecarga no pueden atender una demanda concreta, también puede funcionar como prescriptor de tu trabajo y, para ello, debe conocer quién eres y cómo trabajas.
Lo mismo puede aplicarse con los clientes potenciales: ellos también querrán ver tu profesionalidad antes de contratar tus servicios. Y aquí las imágenes de los servicios ya prestados y las recomendaciones de otros clientes actuarán como ‘llaves de paso’ para nuevos usuarios. ¡Usa la web para ello!
3. Muestra tus valores
Además de la profesionalidad, el instalador debe ser capaz de mostrar a los demás dos o tres valores que ‘imprima’ en cada servicio que ofrezca (honestidad, transparencia, inmediatez, cualificación…).
¿Acaso alguno de nosotros somos capaces de pensar en Steve Jobs sin que aterricen en nuestra mente valores como la innovación, el atrevimiento y la simplicidad?
4. Segmentar tu mercado
Escoger a un público concreto es una buena opción: Jobs sabía que no es posible gustar a todo el mundo y, tal y como muestran sus múltiples biografías, nunca lo intentó.
En lugar de ello, hizo que los consumidores de Apple se sintieran especiales y diferentes, construyendo así una comunidad leal a su marca.
Muchos de los instaladores, con los que he hablado en las últimas semanas, comenzáis a ser conscientes de ello: “Yo me dedico solo a pequeñas reparaciones domésticas”, me dijo un fontanero de Madrid hace unos días.
“Creo – me aclaró – que el mercado está muy saturado de instaladores o supuestos instaladores que saben hacer de todo y yo he preferido especializarme en algo y dirigirme a un perfil de cliente más específico”.
También hay empresas que buscan esa diferenciación (con la que quieren crear su propia comunidad de clientes leales a su marca) en la manera de ofrecer sus servicios: “Nosotros nos unimos en plena pandemia para dar un servicio de fontanería urgente 24 horas. Muchos anuncian esta misma disponibilidad horaria y pocos lo hacen de verdad”, me contaban tres fontaneros que integran este proyecto y que operan en la Comunidad de Madrid.
5. Adelantarte a las tendencias del mercado
Para ser un empresario de éxito uno no debe reaccionar a las tendencias del mercado: hay que intentar ir más allá y adelantarse a ellas.
Esto mismo hizo Steve Jobs con el primer ordenador personal (el Apple II) y con el iPad: supo lanzarlo al mercado antes que la competencia, gracias a estar completamente alineado con la evolución diaria del sector.
Aquí es muy importante la formación continua y estar en contacto permanente con el mercado, pese a que el día a día del instalador lo complique.
Hay muchas formas de hacerlo, pero, y para empezar, os recomiendo utilizar Linkedin y asistir a aquellos eventos online que realmente veáis interesantes para esta finalidad.
¿Qué más sabes hacer?
Nuestras habilidades profesionales importan, pero las personales también nos ayudan a diferenciarnos: ¿qué temas nos interesan?, ¿cuáles son nuestros hobbies?, ¿y nuestras habilidades sociales? Estas también debemos compartirlas.
Igual a alguno se nos escapa, pero creo que muchos también sabemos que Steve Jobs creó Apple en el garaje de su casa, junto a su amigo de adolescencia Steve Wozniak; y que era un budista empedernido: se fue un año a la India y, al regresar a su país de origen, continuó meditando y se convirtió en un pescetariano convencido (solo comía carne de pescado).
¿Contáis a vuestros clientes o distribuidores habituales si os gustan los animales, os apasionan las motos, la repostería o quizás dedicáis vuestro tiempo libre a reparar antiguos artilugios en vuestro garaje? No os olvidéis que eso fortalece vuestra marca personal.
Os invito a ver este vídeo (creo que os inspirará) : ¡os leo!
