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Casi un año después… ¿y seguimos igual?

Cuántos de nosotros comentamos estos días con amigos, familiares o compañeros que, a las puertas de que se cumpla un año desde que empezamos a escuchar con más fuerza su nombre, el COVID-19 – o la COVID-19, ya que incluso su género ha provocado un debate académico – ni se ha ido, ni tiene visos de que así sea a corto plazo.

La situación epidemiológica es mala, no nos vamos a engañar. Y  no solo en España, sino también en el resto de Europa y el mundo donde las cifras de contagios crecen de forma estrepitosa cada día. Las vacunas han arrojado algo de luz, pero los primeros retrasos en el suministro la eclipsan por momentos.

2021 era un año en el que habíamos vertido todas nuestras esperanzas para superar los malos tragos del pasado curso. Tanto a nivel profesional como personal. Pero, ¿realmente seguimos igual?

Apuesta digital, formación y resiliencia

Aunque en algunos aspectos muchos de los que ahora estáis leyendo estas líneas podríais contestarme con un contundente “sí, o peor”, creo que no estamos igual, Al menos, en lo que a nuestro sector se refiere.

Aquí van algunas reflexiones que me han llevado a compartir esta sensación con vosotros:

Hemos aprendido a generar negocio “conectados” y sentirnos cada vez más cómodos: aunque durante los meses de confinamiento domiciliario, las comunicaciones y tecnologías digitales las veíamos como una especie de “salvavidas”, hasta que la tormenta pasara, lo cierto es que la mayoría ya se siente mucho más cómodo con ellas. De hecho, las han integrado en su forma de trabajo y hacer negocios como complemento a las ferias presenciales, las visitas comerciales o los espacios físicos de networking.

Imagen de la celebración virtual de los Premios AUNA 2020.

Este 2020 los grupos distribuidores, fabricantes o asociaciones han celebrado sus asambleas, convenciones o congresos anuales a través de la red.

Muchas empresas han aterrizado o han potenciado su presencia en el canal digital: al estar más familiarizadas con este escenario por los motivos antes mencionados, y en vista de los datos de consumo registrados durante este último año, la mayoría de empresas del sector han presentado en sociedad sus propios proyectos digitales.

Estos han ido desde tiendas online, marketplaces B2B o nuevos espacios digitales privados para socios o clientes en los que ofrecerles un valor añadido.

Hemos entendido que quién no está hoy ahí, se quedará atrás.

Nos hemos reunido y formado más que nunca: aun siendo por inercia del fenómeno masivo de webinars de todo tipo (cursos, presentaciones de producto, jornadas, conferencias…) que se creó durante los meses previos a la época estival, las reuniones virtuales y las formaciones online siguen siendo una tónica en el sector. Y que se hayan quedado, aunque no siempre encajen en nuestra agenda, es una buena noticia.

Prueba de ellos es que a estas alturas ya la mayoría de fabricantes del sector han lanzado su plan de formación online para, al menos, los primeros meses de 2021.

El sector ha sido enormemente resiliente: si tenemos en cuenta que la resiliencia es la capacidad que tienen las personas para adaptarse con resultados positivos a situaciones adversas, las empresas del sector lo han conseguido y con creces. Y empleo esta personificación porque, al final, cada compañía es el reflejo de las personas que la integran.

Más comunicación y unidad

Se ha aprovechado el momento de comunicar más, dentro y fuera: los periodos de crisis, pese a parecer lo contrario, son un periodo idóneo para comunicar más que nunca nuestros valores y, por tanto, un punto de encuentro ideal para todos los stakeholders o públicos de interés de las compañías. Más si hablamos de una crisis como esta que nos ha afectado a todos y cada uno de nosotros.

De ahí que, además de tener nuevas iniciativas, desarrollar nuevos productos y ampliar los servicios al cliente, debamos comunicarlos. Algo que tiene un mensaje subliminal: el sector sigue activo.

Las asociaciones del sector colaboraron activamente en la guía sobre el uso de sistemas de climatización y ventilación lanzada por el Ministerio de Sanidad.

Hemos ido “todos a una”: enviar un mismo mensaje, con diferentes voces y con una cierta periodicidad se ha vuelto muy importante en cuestiones como el papel del aire acondicionado en la transmisión de la COVID-19, como gran aliado para mitigar el riesgo de contagio, o la relevancia de la calidad del aire interior en las escuelas, los hogares, las oficinas y edificios, donde hasta ahora, y fuera del sector, no se había tenido tan en cuenta y no reinaba una gran concienciación.

Además, y algo muy valioso: en toda esta travesía, que ya casi completa sus 365 días, se ha mantenido intacta la conciencia de que para ningún tiempo vale la inmovilización

Tampoco para el que estamos viviendo. Pensar lo contrario, sería negarse a evolucionar: a crecer.

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