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¡A por vacas púrpuras!

En pleno octubre la mayoría de las empresas del sector ya están con las miras puestas en 2021. Al menos en lo que a su plan estratégico y presupuestario se refiere.

No obstante, la campaña de calefacción acaba de arrancar y, con ella, nuevas oportunidades de hacer negocio antes de fin de año para fabricantes, distribuidores e instaladores. 

Ventanas entreabiertas que, en este tiempo digital y de inicio del frío, también podemos y debemos aprovechar desde una óptica cualitativa.

Más allá del producto: la experiencia

La mayoría de los usuarios tienen claro que un aire acondicionado, una bomba de calor o un calentador son productos de una gran complejidad tecnológica. 

Esto hace imprescindible la contratación de los servicios de un instalador o un fontanero para que los equipos mencionados funcionen en nuestro hogar.

Pero más allá de sus características técnicas y su precio – valorados e incluso determinantes para algunos clientes-, el consumidor final, mucho más práctico, se pregunta: ¿Qué servicio me va a ofrecer el nuevo equipo? Es decir, cuál será su experiencia con el producto que adquiera.

Y es esta gran tendencia, que también ha llegado al sector, para la que debemos prepararnos.

¿Cómo hacerlo?

  • Generar experienciasademás de la experiencia que ofrezca el equipo o el accesorio que queramos comercializar, el servicio que demos también debe concebirse como una experiencia de compra. Y aquí las acciones anteriores a la venta y de postventa jugarán un papel crucial. De hecho, el canal online puede ayudarnos a agilizar ciertos trámites y optimizar tiempos tanto para el instalador como para el cliente final. También para el fabricante y el distribuidor. ¿Cuántas veces habéis llamado a un potencial cliente que solicitó vuestros servicios y os pidió presupuesto, y finalmente no se ha quedado con vosotros? Es una buena forma de conocer en qué podemos mejorar o, al menos, diferenciarnos.
  • Ser omnicanal: el impasse económico al que estamos asistiendo puede ser un momento idóneo para reforzar nuestra presencia en todos los lugares en los que podamos llegar a interactuar con nuestros clientes. Y ¡sí!, eso incluye el escenario online en el que cada vez pasamos más tiempo. Tener web y en caso afirmativo, que sea accesible y clara, así como redes sociales, nos permitirá captar nuevos clientes y especialmente nuevas generaciones de usuarios que se mueven por Internet como pez en el agua. A ellos también se les estropea la caldera, cambian sus equipos de aire acondicionado y sienten una gran admiración por la corriente verde y ecológica. En paralelo, no olvidemos que los momentos de crisis son la coyuntura perfecta para decirle a nuestro cliente habitual: aquí estoy, ¿en qué puedo ayudarte? A este último, es tiempo de fidelizarlo.
  • Motivar a la gente, con otra gente: ¿cuántas reseñas tiene tu negocio? ¿Cuántos likes o comentarios? Recolectar estos datos para reforzar la opinión que la gente tiene de nuestra empresa atraerá a más gente. Unas palabras de recomendación por parte de nuestros clientes pueden ser poderosos argumentos de compra para otros consumidores. Hagamos crecer la red para que quien realmente tiene el poder, que es el cliente, nos ayude a posicionarnos en el mercado.

Probemos cosas nuevas

Pongámonos por un momento en los zapatos de nuestro potencial consumidor: ¿cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos “otra vez, más de lo mismo”? 

A veces es importante salir de lo convencional, observar, analizar y probar cosas nuevas. Quizás no sea tan mala época para hacerlo. 

Seth Godin, famoso por sus teorías sobre el marketing del siglo XXI, en uno de sus libros habla sobre la importancia de diferenciarnos para transformar nuestros negocios. Esto es tener ideas que se vuelvan virales (él las llama ‘ideavirus’) y, sobre todo, buscar ser vacas púrpuras en la mente de nuestro cliente. De las marrones nadie se acuerda.

¡Nos leemos!

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Juan Manuel
Juan Manuel
14/10/2020 12:02

Interesante reflexión, aunque a veces el cliente quiere vacas marrones, que son las que conoce. Y las púrpuras generan desconfianza, por el color.

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