Japón, un país de 127 millones de habitantes que no celebran la Navidad… pero que sí tienen una tradición navideña: comer pollo de la cadena KFT (Kentucky Fried Chicken). Pues sí, algo que aquí consideraríamos una cena de Navidad cuanto menos muy humilde, un simple bol de cartón relleno de pollo frito y una patatas como acompañamiento, resulta que es el no va más para los Japoneses. Ni cochinillo, ni marisco, ni pavo. Pollo frito y concretamente de esa marca.
Voy a dar cinco datos más de la fiebre del pollo frito KFT que ataca a los japoneses en estas fechas…
- La demanda es tan grande, que para las reservas ya sea para recoger los cubos de pollo con patatas e ir a comer a casa o para degustarlos en el propio restaurante se realizan ¡desde el mes de octubre!
- Como no hay sitio en los restaurantes para que coman todos los que lo quieren hacer allí… ¡la celebración de ‘su Navidad’ dura tres días!: 23, 24 y 25 de diciembre (ver el espot televisivo más abajo). No está mal para un país sin Navidad.
- En esos tres días venden lo mismo que durante 15 días el resto del año.
- Se estima que ya son 3,6 los millones de familias que se han incorporado a la tradición de comer pollo KFC en las fechas navideñas… y en aumento.
- Hablemos de precios…
- Un cubo con 8 trozos de pollo + 5 tiras de pechuga + salsa + ensalada + pastel de chocolate = unos 33 € al cambio.
- Un menú similar, pero con pollo frito gourmet = unos 50 € al cambio.
- Entre medias, hay varias posibles combinaciones de y otros productos, incluyendo champán.
¿Pero por qué sucede esto? ¿Cómo ha conseguido KFT vender cientos de miles de cubos de pollo frito en Navidad en un país que no la celebra?
Historia: Oportunidad de mercado en Japón y buen marketing
La historia, casi leyenda en alguno de sus puntos, comienza en 1973. El trabajador de un colegio católico entró en un restaurante KFT de Aoyama preguntando si estaba abierto el 25 de diciembre.
Resulta que el hombre (en Japón hay muy pocos católicos), buscaba celebrar su Navidad con Pavo. Pero como en Japón ese día no se celebra, ni es especial y no es posible encontrar pavos (es una carne muy poco habitual) se quiso asegurar de que ese día podría al menos comer pollo, la carne que él consideraba más parecida al pavo. Para ello, encargó su cubo de trozos de pollo para que se lo tuviesen preparado nada más salir del trabajo y poder ‘celebrar la Navidad’ esa noche.
Esto fue lo que le comentó al encargado del local, quien a su vez lo contó a otras personas de la empresa hasta que la historia llegó a Takeshi Okawara, propietario del primer KFC de Japón (abierto en 1970). Okawara vio una oportunidad de mercado, ya que aunque los japoneses no celebran la Navidad sí que la conocían. Así, en 1974 lanzó una campaña de marketing con el mensaje “Kurisumasu ni wa kentakkii!” (Kentucky para Navidad)… Y dio en la diana: Asoció el nombre de KFT con la Navidad en la mente del consumidor japonés.
El resto no ha sido más que mantener el marketing cada año y esperar a que la globalización haga su trabajo:
Al igual que ha sucedido en otras zonas del mundo con tradiciones que no se celebraban y ahora se han adoptado por las nuevas generaciones (Halloween, Black Friday, el propio Santa Claus…) los japoneses han ido adquiriendo el hábito de celebrar la Navidad al margen de su contenido religioso.
Y en esa celebración no puede faltar lo que todo japonés relaciona con esa fiesta occidental, el pollo frito KFT.
Así que, aprendamos la lección. Así se hace:
- Marca.
- Negocio.
- Marketing.
Y por supuesto así…
- Se vende carne (toneladas de carne)…
- …y concluye este blog por este año.
Nos vemos en 2020.
