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Bicicletas en Vitoria

La bicicleta comporta beneficios personales y sociales

La bicicleta y pedalear comporta beneficios personales y sociales, a nivel global contribuye a la descarbonización, es silenciosa, limpia y promueve la interacción social.

El debate sobre la idoneidad de la bicicleta como alternativa sostenible a la movilidad parece ya solventado y aceptado. Según el reciente estudio sobre sostenibilidad publicado por Cetelem, el 70 % de la población considera importante o muy importante la Movilidad Urbana Sostenible en su día a día y las acciones de las ciudades para regular y mejorarla.

Pedalear comporta beneficios personales y sociales. En primer término, es una opción económica, saludable y eficaz. A nivel global, contribuye a la descarbonización, requiere de infraestructuras menos costosas, es silenciosa, limpia y promueve la interacción social

La misma investigación afirma que un tercio de la población está dispuesto a cambiar el modo en el que se mueve en la ciudad por una bicicleta. ¿Por qué el porcentaje no es aún más amplio?

Por naturaleza, abandonar un hábito y cambiar nuestras costumbres, es un acto que nos cuesta, somos perezosos y muy hábiles en el uso de excusas para nuestro propio convencimiento. Disparamos en cualquier conversación a modo de justificación, no sé si buscando la comprensión de los demás o más como reafirmación de nuestro propio estancamiento en la rutina.

Las tres palancas del cambio: imposición, promoción e iniciativa

Las tres palancas del cambio son la imposición, la promoción y la iniciativa.

Una reflexión sobre cómo activamos cada una de ellas para el impulso definitivo y perdurable de la bicicleta como opción de movilidad nos dará visión de dónde estamos y cómo podemos acelerar la transición.

Los cambios impuestos son siempre traumáticos, normalmente responden a un problema que ya tenemos encima y generan división social. Son intentos de solución impuesta y normalmente no se basan en el beneficio de la alternativa.

Ciudades como Londres han prohibido, o casi imposibilitado vía peajes, el acceso al centro de la ciudad, lo que allí denominan zona de congestión.

En las grandes urbes españolas se han definido restricciones a modo de zonas de bajas emisiones, que han sido aplaudidas o abucheadas dependiendo de los diferentes puntos de vista hasta el nivel de haber sido judicializadas, implantadas, retiradas y restauradas. Hemos perdido tiempo, aumentado la división y la confusión.

Una imposición, vía prohibición tiene un efecto rápido, pero al no partir desde el consenso genera conflicto, una parte se sienten vencedores y otra atacados y desposeídos injustamente de lo que hasta ahora era un derecho.

Ayudas a la compra de bicicletas

Incentivar un cambio desde la promoción, mediante incentivos y ayudas a la compra parece una solución eficaz para la promoción del uso de la bicicleta, pero en este nivel también tenemos que hacer una reflexión sobre lo eficaz de la medida.

Cuando destinamos recursos al impulso de una actividad, la administración debería poner el foco en la eficacia de la inversión y no como lamentablemente es habitual, en la foto y la nota de prensa.

Las ayudas directas a la compra de bicicletas son siempre bienvenidas por la industria y los consumidores, pero lamentablemente ni son la solución, ni corresponden a un plan consistente de promoción que tenga un impacto general.

Los diferentes programas de incentivos además de en requisitos, a veces muy rebuscados, varían en cuantía y condiciones a nivel autonómico, alcanzan a un número limitado de usuarios, que no son siempre los que las necesitan y al menos por ahora destinan presupuestos muy limitados.

Las ayudas directas a la compra de bicicletas son siempre bienvenidas pero no corresponden a un plan consistente de promoción que tenga un impacto general.

En Francia se ha aprobado un plan mucho más trabajado, con busca un alcance más consistente.
En 2023 se destinan 200 millones de euros para el desarrollo de infraestructura ciclista, acompañado de un plan económico del sector para la creación de empleo en la industria, planes de impulso para aprovechar las oportunidades económicas del sector del cicloturismo, acciones de comunicación y formación además de otros 50 millones de euros para reforzar la red de aparcamientos.

El compromiso para impulsar la bicicleta como alternativa real debe tener un horizonte a medio plazo y no basarse exclusivamente en acciones de impacto individual e inmediato.

La verdadera responsabilidad del cambio viene desde el individuo, recientemente escuché a Fernando Arlandi (Director General de Descarbonización y Transición Energética de la Comunidad de Madrid) decir que el cambio tiene que ser individual y progresivo.

La bicicleta y sus beneficios

Cuando el uso de la bicicleta comienza desde una motivación personal se basa en un beneficio directo. Para unos pedalear resulta una manera económica de desplazarse, otros encuentran en la bicicleta un medio rápido y limpio, quizás la razón está más centrada en el saludable hábito que comporta el ejercicio.
Siempre se inicia desde una motivación personal que luego tiene un alcance más general a modo de ciudades más pacíficas y limpias, pasando de un impacto positivo individual a una contribución social.

Somos las personas y las empresas los que lideramos y a las administraciones le debemos exigir que nos acompañen, pero no pedir, que por imposición o promoción promuevan un hábito nuevo si los individuos no vemos el beneficio desde el principio. 

El cambio comienza y se populariza, añadiendo cada día más usuarios de forma progresiva, se fomenta y se consolida. Este proceso incluye una visión a medio plazo, en países y ciudades donde el 70 % de los desplazamientos cotidianos se producen en bicicleta, se extrañan cuando les preguntas por qué lo hacen.

Desde niños se mueven en bicicleta con sus padres, pronto comienzan a hacerlo solos porque reciben formación en las escuelas para hacerlo de forma segura y respetuosa y es parte de su vida, lo ha sido siempre.

En estas sociedades, en respuesta a la iniciativa popular, las administraciones han priorizado el despliegue de una infraestructura adecuada, carriles bici y aparcamientos. Las empresas proporcionan lugares idóneos para aparcar lo mismo que los centros educativos o los comercios. La bicicleta no es un accesorio, está simplemente integrada en el día a día de los ciudadanos.

En marzo se publicó el RD 157/2022 en el que la formación para la movilidad activa pasaba a formar parte de los objetivos de las enseñanzas mínimas en educación primaria.

Lamentablemente el impacto real de esta iniciativa es todavía inexistente, en paralelo iniciativas como el conocido bicibus están dando además de visibilidad, frutos en el número de niños que van al colegio en bici, de forma gradual y permanente. Este es un ejemplo perfecto de quién es más efectivo promoviendo el cambio.

El modo más eficaz de consolidar la bicicleta como medio de movilidad es que tú te subas y pedalees. Lo demás viene seguido.

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