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Buscar una salida

Por Aitor Peña

Parece inevitable no encontrar en estos momentos algún encendido debate sobre el proceso iniciado en Cataluña. Y tampoco nos libramos los compañeros de C de Comunicación, que leemos con aflicción las noticias que llegan a la redacción. Una situación enquistada, pasada por alto por gobiernos de diferente color en un marco de distancia vecinal y estatutaria desde el pronunciamiento constitucional del 78.

Con un reciente escenario de crisis económica y debilidad institucional sin precedentes en la democracia, se ha acabado por avivar un conflicto que ahora toca solucionar. Una tensión inaguantable junto a imágenes inaceptables que el pasado 1-O recordaron los peores fantasmas de nuestra Historia.

Los derroteros que se avecinan no complacen a casi nadie con sentido común. Una posible declaración unilateral de independencia no ayudará más que a desconvocar las huelgas de Seat y Nissan, y estrenar posibles aranceles de la UE en el futuro. Además de que otras empresas multinacionales proveedores de automoción (Pirelli, Trelleborg, Apollo Vredestein, ZF Services…) se vean en el dilema de salir del territorio, o ampararse en un nuevo orden desconocido.

O que se aplique el 155 por encima de la sensibilidad de cualquier pueblo para restablecer derechos y libertades. En cualquier caso, debemos seguir sumando voluntades para cerrar la herida social ya iniciada, y mantener unas buenas relaciones comerciales para el conjunto de los talleres –Euromaster, Best Drive, First Stop, Driver Center, Vulco, RodiConfortauto, Vialider, Eurotyre, Autia y otros muchos independientes- que no pueden ni deben detener su vocación de servicio al cliente, venga de donde venga.

Para ello exhortamos a políticos y encargados del procés a negociar (qué significa ceder un poco en la gestión) y buscar una salida pactada por el bien de todos.  Reflexionar sobre la falta de equidistancia entre los responsables y aunar lealtades en la búsqueda de soluciones. Lealtad al Estado, al Derecho y la Ley, pero por supuesto lealtad al ciudadano, y a cualquier identidad universal. Sin buscar rédito político ni ambición personal: reclamo tolerancia al trabajador, al empresario, al huelguista, al policía, al independentista y al que no lo es.

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