Antes de poner en marcha Cuadernos de Neumáticos y Accesorios trabajé bastantes años en una multinacional, filial española de su matriz londinense. Estas grandes corporaciones se pueden permitir la especialización de sus empleados y una mejor competitividad facilitada por acceso al crédito y facilidades financieras que genera creación de empleo. Pero a veces, pueden pecar de cierta arrogancia y cuando las cartas no le salen de cara desaparecen sin apenas dejar rastro. Desafortunadamente a alguno de vosotros os puede sonar de qué escribo.
Ya en C de Comunicación recordé una gran empresa internacional que tengo en mi porfolio para proponerla una opción publicitaria que sabía certeramente que les iba a interesar. Mi contacto era el director de recursos humanos y eventos, persona bastante ocupada en su día a día por lo que decido enviarle una sencilla oferta a su e-mail personal. A partir de aquí presencié atónito como privilegiado espectador una maraña de correos en los que iba en copia que me hicieron revivir mi anterior etapa:
Mi contacto reenvía el email a la directora de medios y marketing operativo que lo chuta al product manager y a su propia asistente. El jefe de producto contesta a los cuatro (el director de recursos humanos, la directora de medios, su asistente y yo) manifestando interés por la oferta. La directora de medios también parece seducida y vuelve al director (mi primer contacto) para asegurarse que todo encajaba, y este asiente copiando a la Sra. directora de marketing, entiendo que como última responsable. Esta incluye a otra chica que sospecho puede ser la de diseño o imagen corporativa por cómo solicita más información. Entre jefes, la directora de marketing da el ok al director de recursos humanos, que reenvía al product manager para que contacte conmigo.
Tras el embrollo decidieron contratar una acción que rondaba los 1.000 euros. Y aún me sigo preguntando si el sueldo de estos ejecutivos junto al de mis redactores, contables y el mío propio sostiene la operación de imagen y comunicación que se escondía tras aquel lío. Por no hablar de las dificultades para cobrar la factura hasta conseguir dar con la chica de pedidos, el acceso de clientes, su respectiva orden de compra, darnos de alta como proveedores… y ya me niego a indagar en los plazos de pagos, día de vencimiento, confirming, etc.
Para todos aquellos curiosos, deciros que la multinacional en cuestión no es ningún fabricante de neumáticos ni de recambios para el mercado aftermarket. Allí queda la cosa.
