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Sonrían, por favor

Por Tomás Simón

“Una sonrisa consume menos electricidad que una lámpara, pero da más luz”.

Leía no hace mucho un artículo que revelaba que las empresas americanas (¡¡y las españolas!!) saben que la clave para diferenciarse de la competencia es la sonrisa de sus empleados. Suena a manido y cursi, pero puede ser más eficiente que cualquier estrategia comercial.

O, ¿no es verdad que cuando entras en una empresa de estas características tienes la sensación que las personas que trabajan ahí están contentas? Surge una corazonada común en todos de que en esta empresa se hacen las cosas bien. Esa “cosa” intangible que está en el aire se llama ‘Ambiente de Trabajo Positivo’.

Como es natural, todos nos preguntamos cómo se consigue esto y es cierto que, en primer lugar, es preciso pagar un salario mayor que la media del sector. Pero, ¿se trata sólo de eso?, no. Existe algún elemento más, como por ejemplo los “horarios de trabajo”, que deben permitir a los empleados pasar el mayor tiempo posible con sus familias o hacer lo que más les “mola”. Conseguir que los empleados estén a gusto en la empresa es un gran ahorro para la misma, puesto que un índice de rotación alto implica enormes gastos.

¿Cómo se puede calcular el coste de la rotación de empleados? Diría que, primero, existen unos costes directos y sencillos de medir (indemnizaciones, formación, contratación de empresas de selección, trámites administrativos, etc.) y, posteriormente, aparecen otros costes que son los causados por reemplazar a una persona experimentada por otra que no lo es, que son más difíciles de cuantificar: ¿cómo medimos la productividad perdida?, ¿cuánto tiempo se necesita para que produzca lo mismo el “nuevo”?

Como podéis imaginar, soy muy consciente de que no podemos volvernos locos con el tema de las remuneraciones y en este campo debemos ser muy prudentes. Pero también hay que tener en cuenta la realidad de este país, que ha sido la reducción o congelación de los sueldos en los últimos seis o siete años. Y como, en mi opinión, los bajos salarios son el inicio del crecimiento de los ratios de rotación de plantillas, creo que es el momento de buscar fórmulas para retener a los empleados valiosos.

Como conclusión, podríamos decir que la sonrisa de los trabajadores puede ser la mejor inversión de una compañía y no solo es el dinero, se debe mejorar el ambiente de trabajo, dar la formación necesaria, equilibrar la vida familiar y laboral, realizar promociones internas, valorar el trabajo de las personas y tener estabilidad organizacional.

“La sonrisa es una línea curva que lo endereza todo”, decía la actriz y comediante Phyllis Diller.

¡¡SONRÍAN, POR FAVOR!!

Que seáis buenos y disfrutad de las merecidas vacaciones.

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Jose Valcarcel
Jose Valcarcel
19/07/2017 09:28

Efectivamente Tomas,
Como se suele decir “la cara es el espejo del alma” y también “una sonrisa vale mas que mil palabras”. Actualmente la mentalidad del empresario, desgraciadamente, está basada en la “producción” un término con un significado poco o nada humano y muy distante de una mentalidad más antigua basada en la constitución de empresas con un gran ambiente “familiar” casi “paternal” respecto al valor de las plantillas en su dia “fijas” y con gran valor social. Pasamos la mayor parte de nuestra vida en nuestro puesto de trabajo desarrollando plena y felizmente nuestras funciones hasta que llega un “señor” llamémosle directivo, gerente o responsable de una empresa y te dice que por necesidades del negocio no te mereces subida de sueldo ni mejoras laborales, sin hablar ya de la conciliación entre la vida familiar y laboral . Por todos estos motivos es muy difícil, a veces hasta imposible, sacar una sonrisa a un empleado.
Por todo esto no cabe duda que hay que aferrarse a la frase de Confucio:
“Escoge un trabajo que te guste y nunca tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida” .
Es lo que hay. Felices vacaciones.

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