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La logística tampoco sabe lo que va a pasar mañana

Por Ricardo J. Hernández

Si algo me ha gustado siempre de la logística es su lógica matemática, su cartesianismo: 2 + 2 = 4; velocidad es igual a espacio dividido por tiempo; un europalé mide 1.200 x 800 mm; y un contenedor, 20 ó 40 pies; una carretilla frontal es… un transelevador… y un SGA un software para gestión de almacenes. Lo que no significa que la logística esté exenta de creatividad, sobre todo contingente, para resolver escenarios no habituales.

Pero de un tiempo a esta parte, nadie sabe nada de nada. Y no es que Sócrates haya vuelto a la vida; no es una ignorancia filosófica; ni un mantra. El mensaje que todos repiten es que nadie sabe lo que pasará mañana. Y no me refiero al ámbito que muchos de ustedes piensan. El político y gubernamental, nacional y autonómico. Si lo post-moderno en la moda era lo ecléctico –fuera reglas y fuera tendencias- en logística lo post-crisis es que nadie sabe lo que sucederá mañana, pero eso sí, será un mañana diferente. ¡Nos ha merengado! que diría Cela. Para eso no hace falta ni saber leer o escribir.

Sin embargo, escucho a “gurús” –un término tan inexacto como manoseado- decir eso en intervenciones públicas una y otra vez. Y me refiero a eventos del sector logístico. Hace muy poco el último. Desde luego aciertan. Y los demás, hasta aplaudimos. No sé si por educación o estulticia; por ignorancia o conformismo. Eso sí, debidamente acompañado con una retahíla de anglicismo cacofónicos que no es capaz de definir ni siquiera el conferenciante, ataviado tan “casual” como si fuera a comprar el pan –perdón, la baguette- un domingo.

¿De verdad que a nadie más le llama esto a la atención? Nadie se aburre de tanta verborrea facilona y pertinaz. Vamos a ver, tomemos distancia: si alguien, en cualquier ámbito, nos dice que no sabe lo que va a ocurrir mañana, pero que lo que si sabe es que el futuro será diferente y cambiante, que lo que hacemos ahora no lo haremos en el porvenir y que vendrán cosas que no conocemos aún ¿Qué respuesta le damos? Sólo cabe una ¿vedad? La de Perogrullo: “pues claro”. Y lo más llamativo es que, además, estos pitonisos de tres al cuarto pasan luego por caja.

Escuchar la realidad logística

En mi opinión es mucho más enriquecedor y relevante escuchar, si ese es el formato propuesto, a quien tiene los pies en el suelo, vive y pelea con la realidad cada día, desde su cometido profesional, o a quien estudia el presente o el pasado –que puede ser ayer mismo- para ofrecer fórmulas, estadísticas, recetas, experiencias, investigaciones, soluciones en fin. Lo de conocer el futuro queda para circos y verbenas o para las madrugadas de canales locales de TV, que es más o menos lo mismo.

Como mucho podremos hacer  un presupuesto –que es doblemente eso, precisamente, pre y supuesto- semántico o económico. Para lo demás, vuelva usted mañana y le diré cómo ha sido su futuro… ¡Y gratis!

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