Hace casi un año que se me brindó la oportunidad de escribir un artículo en el apartado “Punto de vista” de la revista nº 21 MAY/JUN de Cuadernos de Neumáticos y Mecánica Rápida, en la que bajo el título “El Dios google no lo sabe todo…sobre el neumático”, pude dar mi opinión sobre la controversia del “mito o la creencia” de que los neumáticos tienen fecha de caducidad (si tienen ocasión les animo a leerlo).
Un año después, y aprovechando la reciente celebración de Motortec en Madrid, desde ADINE decidimos organizar una mesa redonda para “reabrir” el debate (iniciado hace mucho tiempo), para conocer y dilucidar si los neumáticos realmente caducan o no, y trasladar al sector no solo nuestra opinión, sino también la de los expertos que nos acompañaron y así ayudar a clarificar y dar su opinión profesional sobre este asunto.
Durante su celebración quedó claro que el neumático es un componente que cuenta con mucha regulación, pero en ningún caso existe una normativa, ni nacional ni europea, que regule la caducidad del mismo y, generalmente, su duración o envejecimiento depende o dependerá de diversos factores, como por ejemplo su almacenamiento o el uso que se le dé, así como de las condiciones climatológicas que soporte durante su uso.
También se concluyó que los fabricantes recomiendan (que no obligan) realizar una inspección más a fondo de los neumáticos a los 5 años después de su montaje en el vehículo y que, por precaución, no se utilicen neumáticos de más de diez años desde la fecha de su fabricación. Pero los fabricantes también matizan que, en cualquier caso, los usuarios deben ir al taller periódicamente para que les asesoren sobre su estado.
Sin embargo, el sentir general es que no hay una información concisa sobre este asunto e internet es un problema obvio ya que, en la mayoría de los casos, “desvirtúa” la información y no facilita, en nada, la labor de los profesionales y especialistas del neumático, creando una “leyenda urbana” que es difícil revertir y por terrible que parezca, da la sensación de que, hoy en día, los conductores “hacen más caso” a lo que Google dice, que a lo que pueda asesorarle un profesional.
Esta situación provoca a los distribuidores y a los propios talleres una situación de indefensión que, en algunas ocasiones, les genera una pérdida del valor del stock, que hace que tengan bien que reducir el precio del neumático o bien que el taller se vea obligado a “devolver” los neumáticos porque el usuario argumenta que “están caducados”. El taller tiene el problema directo con su cliente y además se ve obligado a pasarle el “problema” al distribuidor para curarse en salud.
En definitiva, los neumáticos lógicamente pierden propiedades a lo largo de su vida útil…, pero, que quede claro, los neumáticos no caducan.







Y digo yo, si un objeto ha perdido las propiedades ¿no se puede considerar que está caducado? ……….
No caducan si entendemos “fecha de caducidad” como un punto en el que automáticamente el neumático deja de ser apto para la circulación independientemente de las condiciones en las que haya sido usado. Pero como hay muchas variables, por supuesto que no se puede afirmar con rotundidad que tal fecha existe. Pero claro, no es lo mismo rodar por carreteras bien asfaltadas que por caminos de cabras, no es lo mismo guardar el coche en un garaje que dejarlo a la intemperie y expuesto a las inclemencias meteorológicas… Así, un neumático con cinco años de vida que solamente ruede por autopistas, que se pase el día a cubierto y a salvo de los rayos UV del sol y que sea lavado con frecuencia seguro que tiene muchas vueltas que dar (siempre que no haya alcanzado las marcas indicadoras de desgaste), mientras que si ese mismo neumático se ve expuesto rodo el día a la radiación solar, al frío y al calor, a la lluvia y al polvo, lo más seguro es que esté cristalizado o con la goma resquebrajándose.
¿Hay una fecha de caducidad? No. ¿Hay que controlar su estado periódicamente cuando alcanzan una determinada edad? Desde luego, un neumático con brillos, endurecido o cuarteado supone un peligro para la seguridad vial.