Tras la celebración del XVII Congreso de FENIE (Federación Nacional de empresarios instaladores) en Ávila la semana pasada, resuenan todavía en medios y redes sociales ecos de las ponencias, coloquios y opiniones que se sucedieron en este evento a lo largo de los días 22 y 23 de octubre. Lastres como el intrusismo y la morosidad se mantienen como preocupaciones de primer nivel entre el colectivo, ante la dejación de funciones de las distintas Administraciones Públicas, que sólo ponen el ojo fiscalizador en las empresas cumplidoras.
En este sentido, arreciaron también, y con toda la razón del mundo, las críticas y reproches ante la regulación aprobada por el Gobierno del PP, en especial en el ámbito del autoconsumo fotovoltaico y, en menor medida, aunque también, en el de las infraestructuras de carga del vehículo eléctrico, con la norma ITC-BT 52. En el primer caso, calificativos como “irracional”, “anomalía histórica” o “inútil” sirvieron para describir la nefasta redacción del reciente Real Decreto 900/2015, que incumple varias directivas europeas e incluso alguna norma nacional, como la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas. Todos coincidieron en la mezcla de ineptitud, torpeza y ausencia de visión de futuro del citado Real Decreto, que parece al dictado de los intereses de las compañías eléctricas, que ahora sí opinan que el autoconsumo es beneficioso.
Las distintas conferencias y mesas redondas abordaron de forma certera oportunidades de negocio para el instalador, como la eficiencia energética en las instalaciones eléctricas y los mencionados autoconsumo y soluciones para la carga de vehículos eléctricos, así como la alternativa de salir al exterior en distintos proyectos o la especialización.
Además, en las conversaciones de las pausas con el café o en el almuerzo, se hablaba también de temas clave, como la necesidad de una todavía mayor unión del colectivo de instaladores, en su mayoría pymes y autónomos, ya que los enemigos son grandes y poderosos. Se percibe que es preciso potenciar todos los canales de comunicación –online, offline y personales–, para que las acciones que llevan a cabo con éxito algunas asociaciones en el terreno de dinamizar el mercado a través de iniciativas con la Administración autonómica de turno (como los planes renove, por ejemplo) o las denuncias por competencia desleal o abuso de posición dominante de compañías energéticas, se puedan replicar o trasladar a otras provincias.
Hay dos conclusiones que anoté en la jornada final y que me parecieron muy atinadas en este sector con una competencia tan dura: perder el miedo a cooperar con otras empresas instaladoras para acometer proyectos y la necesidad de “dignificar nuestro trabajo, ya que los instaladores aportan mucho a la sociedad”, como señaló Tomás González, presidente del Gremio de Instaladores de Murcia.
En el capítulo de mudanzas, el congreso celebrado en Ávila escenificó el adiós de Francisco Paramio al frente de la Federación Nacional, al que se rindió un emotivo homenaje en forma de galería de imágenes de su trayectoria. Las charlas de pasillo dejaron entrever que ya se están produciendo movimientos y contactos entre determinadas asociaciones para presentar candidatura. Se prevé que las elecciones a la nueva junta directiva tendrán lugar en diciembre.
Fue un placer volver a saludar y conversar con los amigos de las asociaciones de A Coruña, Alicante, Burgos, León, Madrid, Valencia, Murcia o los diferentes gremios de Cataluña, entre otras. Y no quiero olvidar al equipo de FENIE y, sobre todo, a Ángel Iglesias, presidente de ADEPA (asociación de Ávila), por sus esfuerzos y buen hacer, que han hecho posible este congreso.
Por cierto, inolvidables las “patatas revolconas” y otras viandas de la gastronomía de la zona. Así es muy difícil ser vegetariano.
Miguel Angel has hecho un buen repaso de lo acontecido en Avila, me parece bien y muy atento como siempre.
Un saludo