El timo de Orange

Si usted, querido lector, se está planteando cambiar de compañía de telecomunicaciones porque está hasta el gorro de que le tomen el pelo, le ruego que lea este post y cuente hasta mil antes de caer en las redes de Orange.

Le cuento mi historia, la de un empresario cabreado con el mal servicio recibido por Movistar que ingenuamente se dejó embaucar por los cantos de sirena de un distribuidor de Orange –Comunicaciones Unicap, S.L.- y por las promesas que incluían conexión 4G, cuatro terminales portátiles para la oficina, 5 smartphones , asunción de los costes de portabilidad y de los derivados de la anulación del contrato de permanencia que teníamos con nuestro operador. Lo único que nos pedían a cambio era un contrato de permanencia de 2 años y darles a ellos los terminales antiguos que teníamos de Movistar.

Después de mucho papeleo ininteligible y de buenísimas palabras –también de reiterados retrasos en la conexión y los nuevos terminales- nos enteramos por casualidad de que nuestro distribuidor Orange desaparecía. No pasaba nada porque el mismo comercial que nos había atendido mantenía el contacto en el nuevo distribuidor . O eso nos dijo el tal comercial. Lo cierto es que a partir de que nos recogiera los smartphones antiguos, fue imposible volver a contactar con él. Empezó entonces nuestro peregrinar por el teléfono de atención al cliente 2215, donde tras dos meses de llamadas nadie atendía nuestras reclamaciones: no funcionaba internet, no teníamos 4G, los terminales portátiles de la oficina fallaban a cada instante, Movistar nos seguía facturando por unos pinchos de internet que Orange debería haber dado de baja con la portabilidad … Por fin, un buen día nos dicen que ya tenemos un nuevo distribuidor que nos dará cobertura, el Grupo Oshop, que nos envía una nueva comercial que nos dice que ellos no pueden hacerse cargo de las promesas del anterior distribuidor, al que, por cierto, desacreditan porque nos ha asesorado mal y nos ha puesto unas tarifas que no nos son favorables.

Orange, mientras tanto, sigue sin dar respuestas a nuestras reclamaciones. Internet funciona de pena, la conexión 4G no existe “porque están ustedes en una zona de sombra” –en la zona de Arturo Soria, de Madrid-, la cobertura fuera de Madrid es penosa, los terminales portátiles son de risa y claro, los móviles que dimos a Unicap como compensación han desaparecido sin dejar rastro, ni ellos ni el comercial que se los llevó. Por supuesto, seguimos pagando a Movistar la penalización por incumplimiento de permanencia y por dos smartphones que ya no tenemos.

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