Sí, ya sé que los legisladores no son los muertos que veía el niño de ‘El sexto sentido’, pero su frase, desde su camita, tan adorable él, te dejaba un escalofrío similar al que recorre a los profesionales de la industria cárnica cada vez que sale el BOE (Boletín Oficial del Estado) o el DOUE (Diario Oficial de la Unión Europea).
Al fin y al cabo, un muerto, muerto está. Pero un legislador con un Boletín Oficial que rellenar tiene más peligro que un jamón ibérico con precinto amarillo.
Es verdad que es habitual que surjan noticias relacionadas con la legislación alimentaria o cárnica. Pero lo de las últimas semanas, por la relevancia de los temas abordados, está siendo muy duro para quien tiene que ocuparse de que su empresa cumpla desde el primer minuto con una nueva ley.
Repasemos. En poco más de un mes se han aprobado y publicado para su entrada en vigor, o se ha anunciado que se van a modificar (adelantando parte de los cambios) leyes tan destacadas para toda la cadena del sector como:
- Nuevo Reglamento de Producción Ecológica en la Unión Europea
- Nuevas normas europeas Antidumping y Defensa comercial
- Acuerdo de la UE para aumentar la disponibilidad de medicamentos veterinarios y luchar contra la resistencia a los antimicrobianos
- Nueva metodología común de la Unión Europea para comparar la calidad de los alimentos
- Nuevo Reglamento de Protección de Datos
- Nuevo Reglamento de piensos medicamentosos de la Unión Europea
- Reforma de la PAC
- Nuevo Reglamento de Controles Oficiales de la UE
Y me he limitado a ocho.
¿Pero aquí, a qué estamos? ¿A vender carne o a sacarnos un Máster en derecho?
Cuando aprobé Derecho de la Comunicación en quinto de carrera me sorprendí tanto viendo la lista que estaba puesta en un pasillo que no moví ni una ceja. Pensé…
“No te signifiques. La única explicación racional es que el profesor se ha equivocado. No te alegres, no te inmutes, no respires si puedes… no vaya a pasar por aquí, te vea celebrarlo, le extrañe a él tanto como a ti y regrese a su despacho para comprobarlo y descubrir su error”.
Literal. Así que me fui despacito, como quien pasa por ahí de casualidad, despistado… y no grité de júbilo hasta que estuve en la soledad de mi cuarto.
Ese es mi nivel en Derecho.
O era. Porque gracias a este sector, si ahora decidiese hacer un Máster en esa materia podría presentar tantos artículos publicados sobre el tema que me convalidarían un montón de asignaturas, que parece que está de moda.
En todo caso, sirva este post para pedir a quien corresponda un poco de descanso para el sector cárnico. La avalancha de legajos del último mes ha sido dura y los responsables técnicos y abogados de las empresas necesitan un poco de tiempo para ponerse al día.
De verdad… legisladores, búsquense otro sector. Porfaaaa. Al menos durante un tiempecito. Dejen que las empresas puedan dejar de estudiar y descansen… dedicándose únicamente a vender carne.