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18 años de ferias ferreteras

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

Como este enero cumplo la mayoría de edad en el sector ferretero y las imágenes se escurren, entre las desgastadas neuronas, como lágrimas en la lluvia -que diría el replicante malo de Blade Runner-, voy a trasladarles lo que queda dentro de las ferias ferreteras después de casi dos décadas en este oxidado sector.

Podía haber intentado recordar los artilugios técnicos utilizados -con mención especial al fax cuando las empresas se defendían de las propuestas comerciales no poniendo papel en la máquina- o las lúgubres redacciones vividas, pero hubiera quedado demasiado personal; las ferias, de las que ahora empieza una nutrida representación, me permiten hablar del otro y eso siempre da más juego.

Yo que llegaba de Fitur, de un sector plagado de evocaciones literarias, paisajes y escenarios deslumbrantes, sumergirme en la primigenia Ferroforma fue como descender al sótano en un ascensor sin retorno. Eso sí, aquella feria estaba repleta de profesionales y había un fecundo negocio; bajo las claraboyas de algunos pabellones nos freíamos los sesos para lograr encontrar al contrario deseado. No sé por qué la imagen más vívida es la de la cola del grifo de cerveza de Galagar, una firma que habló tanto en aquellos años que después se quedó en silencio para siempre. ¡Tengo que ser capaz de dedicar tiempo y espacio a las empresas mudas!

De Maderalia el recuerdo cae en aquellas máquinas factoría que ocupaban la mitad de un pabellón. De su laberíntico aparcamiento no hace falta acordarse. Lo sufriremos la semana que viene: el sol, la luna y las estrellas, astros a los que maldices cuando no te acuerdas del color. Se anuncia como la más grande de las últimas ediciones con 466 expositores directos.

De Matelec me vienen a la retina los stands de dos plantas, aquellas fortalezas volantes en las que acceder al cielo se hacía tan caro. Como en tantos otros negocios, el dinero andaba por las nubes.

En tres semanas arrancará el Sicur de los pasillos llenos, uno de los eventos que mejor ha aguantado el temporal. Porque si nos queremos acordar de la elefantiásica Construmat y verla en su actual espejo… ¿Volverá a engordar con la proliferación de grúas? Feria de Colonia, ahora la del impronunciable nombre, Cevisama, Veteco, Eurobrico, Expocadena, Profer… serán, de momento, las ferias que nos obligarán a encontrarnos este año. El calendario está servido y será Maderalia la que dé el pistoletazo de salida. Todas ellas necesitarán, para cumplir con los expositores, de los visitantes profesionales.

Para disfrutar de la comida un descubrimiento en Plaza de Castilla. Picones de María.

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Enrique F. Coco
Enrique F. Coco
06/02/2018 07:31

Con toda humildad pero con la experiencia que me otorga el haber pasado por las ferias, primero como EXPOSITOR, luego como VISITANTE y volviendo a ser EXPOSITOR, creo que todos debemos hacer un pequeño esfuerzo por ver qué hacemos mal; es muy sencillo echar la culpa a unos y otros y no asumir responsabilidades propias. Las Instituciones Feriales que buscan el negocio en el corto plazo tratando de amortizar rápidamente las inversiones realizadas en las mejoras de las instalaciones, cobrando al expositor casi por respirar. Los EXPOSITORES que no adaptan su oferta debidamente al tipo de cliente que se espera asista a al evento. Y qué decir de los VISITANTES? En la mayoría de los casos NI SIQUIERA ASISTEN A LOS CERTÁMENES o, aun asistiendo, no pasan a visitar muchos de los stands a pesar del esfuerzo que les ha costado acudir a los expositores. Cuando estaba en el lado del “comprador”, fui PROMOTOR de algunos de los certámenes mencionados por J. Barrio y confieso que llegué incluso a “presionar” a proveedores para que expusieran. Sobre mi conciencia recaía la responsabilidad de que, al menos, por parte de la organización a la que representaba, ese proveedor no tuviera reproche; para… Leer más

Jose David
Jose David
02/02/2018 16:59

Candido tienes toda la razon, pero hay que preguntarse el porque ha ido decayendo. Mi opinion, porque las marcas todas en general, tienen ya su clientes importantes a los que factura todo y mas, es decir, Leroy, Aki, Bricomart, etc…..; y a los pequeños pues que nos den. Porque un pequeño negocio de ferreteria tendra las mismas condiciones, por ejemplo con Bosch, Panter, o cualquier otra marca, que con los grandes y sin contar Amazon. Entonces para que nos sirve ir, si nosotros nunca podremos competir con estos grandes incluso perteneciendo a cooperativas. Si me equivoco por favor, decidmelo para poder yo aprender o tener ideas para competir mejor con todo lo que tenemos a nuestro alrededo.

Saludos

Cándido Soto
Cándido Soto
01/02/2018 12:58

Cierto. Nos freímaos los sesos buscando, y de calor en los pabellones en los que no había aire acondicionado. Y a pesar de todo, los expositores tenían que hacer cola para poder exponer a orillas del San Mamés.
Qué pasó con todo aquello?.
Ahora en un edificio enorme, con todas las comodidades, sólo lo ví lleno el año que lo inauguraron. Poco a poco ha ido decayendo a una velocidad exponecial. En la actualidad sobra sitio hasta para aburrirse.
Al igual que GALAGAR irá enmudeciendo hasta el olvido.
Son los tiempos que nos toca vivir, y lo que viene, no creo que vayan a ser mejores para la pequña distribución.
Ojalá me equivoque. Nada me haría más ilusión.
Saludos

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