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Galicia, territorio insular

Por Javier BarrioDirector comercial del área de Ferretería y Bricolaje

En febrero de este año, coincidiendo con un viaje a Asturias, nos comprometimos a dedicar más atención desde nuestros medios a la figura del representante. Como en Grupo C somos cumplidores, durante el día de hoy estamos celebrando en Madrid una Mesa Redonda con una docena de agentes comerciales llegados desde casi toda España. Queremos debatir sobre la evolución del papel de estos actores en la última década y apuntar sobre cuál será su papel en el futuro inmediato. Como era de esperar no ha sido fácil la convocatoria; estos profesionales viven tan agobiados como el ferretero su día a día; problemas con el tiempo y con la justificación de inversiones que no conduzcan directamente a la venta. Especialmente complicado ha sido lograr tener representantes de Galicia; han sido muchos los profesionales que hemos debido tocar para contar con la presencia de Vicente Martín Catalán y José Búa. Gracias por el esfuerzo de ambos. Durante las diversas gestiones realizadas ha quedado claro que Galicia vuelve a ser, como antaño, la comunidad más aislada dentro de la Península. Entre mis pesadillas recurrentes aparece un viaje de mitad de los ochenta subiendo el Padornelo con niebla, escoltado por la nieve y detrás de esos camiones exhaustos cargados de pizarra negra. Ni que decir que sólo había un dirección de ida y otra de vuelta. Aunque las comunicaciones por carretera han mejorado ostensiblemente, haber quedado fuera de las grandes inversiones en Alta Velocidad hasta ahora, ha determinado la economía de la zona. Apenas gozó con los mejores números de la bonanza de la construcción y, por tanto, evitó la hecatombe que vino tras ella. En nuestro sector ha quedado con números pequeños y planos que consiguen actores que se han adaptado a la singularidad de la comunidad. Parece que es más complicado allí la introducción de nuevos productos y conseguir hacer perder pie a las marcas consolidadas. La situación se reproduce a la inversa; los negocios gallegos prefieren guarecerse bajo el paraguas de la localidad. Se ha convertido en un ecosistema marcado por una pesada inercia. Teniendo en cuenta el carácter emigrante de los gallegos espero que no estén pensando en convertirse en la balsa de piedra a la deriva de la que hablaba Saramago. De la Mesa Redonda seguiré hablando en los próximos post. Seguro que da mucho juego.

Nos quedamos con una recomendación gastronómica de la Sierra Norte madrileña. Un clásico, Araceli, que nos descubrió Edgar López de S&M. Eso sí; hay que tener un buen día de ventas para pagar la comanda.

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El "J"
El "J"
05/11/2015 22:19

Buenas noches Javier, y gracias por mencionar nuestra Galicia en uno de tus post. Cuando quieras puedes venir y vamos a comer a algún restaurante que seguro que tendrá buena acogida en un futuro post de los tuyos. En cuanto al post, he de decir, que por suerte, poco queda de aquella Galicia de un solo carril de acceso, y que ya podemos recibir nuestros pedidos en 24 horas en función de la agilidad de los agentes logísticos que intervengan en la operación. Si es cierto que probablemente seamos la comunidad en la que más peso siguen teniendo los localismos, aunque a mi juicio, esto ocurre debido a políticas comerciales de fabricantes hacia esta zona del país o a la forma de trabajo de agentes comerciales de esta zona que probablemente no haya evolucionado a la misma velocidad del resto de España. Esto, por suerte o desgracia, está cambiando, las políticas comerciales suelen ya ser las mismas que en el resto de zonas, los representantes, son, en su mayoría, personal en plantilla o autónomos en exclusiva de sus representadas. Esto conlleva mayor control de su trabajo por parte de sus directores/as comerciales y a la vez mayores exigencias y conlleva… Leer más

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