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El bosque trefilado

Ya quisiera que el título de este blog que hoy nos ocupa, estuviera más cercano a la película sobre la novela de Wenceslao Fernández Flórez y menos a la triste realidad en que se ha convertido la tercera masa forestal de la Comunidad de Madrid.
Hablo del Monte de Pozuelo de Alarcón. El que fuera pueblo de veraneo de los pudientes madrileños que huían del escaso asfalto de la capital en las primeras décadas del siglo XX, es ahora una ciudad de 80.000 habitantes, cuajada de famosos, y que detenta una renta per cápita de las más altas de España.
Todos los que han habitado este entorno, los de antes y los de ahora, han disfrutado hasta hace pocos meses de 800 hectáreas de bosque autóctono para pasear, pedalear y soñar respirando menos anhídrido carbónico. El que suscribe, además, recolecta setas en otoño, se dedica al avistamiento de rapaces y a hacer fotos en las épocas de paisaje más lucido.
El idílico paraje lo es un poco menos desde hace dos inviernos. Primero actuaron los que, tentados por delirios especulativos, gustan de poner vallas al campo; después los ciudadanos expoliados se encargaron de tumbar las cercas y convertir el bosque bajo en caminos de alambre. Cada pocos días se producen escarceos que sólo consiguen deteriorar este entorno y poner en peligro la flora y la fauna autóctona. Los seguratas levantan nuevas cercas y cierran puertas, los caminante las tumban. La parálisis y connivencia de las autoridades locales han dado como fruto nefasto este bosque trefilado.
Seguro que en este primer cuatrimestre del 2012, magro en ventas, alguna ferretería o suministro industrial han incrementado su facturación con las puertas, kilómetros de alambre, candados y videocámaras vendidas.
Celebro el posible negocio pero clamo por la retirada urgente de todos estos elementos ajenos a la naturaleza. Supongo que no será necesario alentar una nueva pijoborroka que en forma de aquelarre colectivo defienda a la siempre menospreciada pachamama. Seguro que recordáis cuando hace unos años, una turba adolescente, estuvo a punto de asaltar una comisaria porque les cerraron los locales de copas a una hora temprana durante el primer día de fiestas. También fue en Pozuelo; ahora el motivo merece más la pena.

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