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¡Cantas como una perra!

Como un trueno sonó esta frase durante la exposición realizada por Risto Mejide durante el Congreso de Expocadena. Este patético personaje, subproducto fecal del vertedero televisivo, pronunció el exabrupto delante de una audiencia de alrededor de 1.200 personas, la mayor parte ferreteros, un tercio féminas. Creo que a Peter Ehlis estuvieron a punto de caérsele las gafas. Javier Solana, que le precedió en su alocución, con buen criterio, ya se había esfumado. ¿Qué hacía allí Risto?
Ricardo Mejide –Evaristo para algunos-, se subió al púlpito que le cedió la familia Ehlis y expuso durante 45 minutos un método para diferenciarse denominado annoyomics y que está basado en llamar la atención molestando a diestro y siniestro. Arrancó hablando de su ascensión al estrellato, nos contó alguna licenciatura en Publicidad y no sé qué master, de su experiencia como copy, trató de decirnos que su personaje televisivo era sólo un alter ego que le daba réditos crematísticos. Nos habló de alguna campaña acertada parida desde detrás de sus gafas y, cuando empezaba a parecer creíble, soltó la coz con la que he bautizado este escrito. La frase molesta al oído, al género humano, al canino y, especialmente, a todas las mujeres de este planeta. Iba referida a una aspirante a cantante melódica que intentaba despuntar y se le ocurrió asomar la cabeza por la alcantarilla de Tele Five. Con una oratoria mediocre, también se vanaglorió, el elemento, de “haber limpiado España de triunfitos”. Como en las mejores novelas de ficción, el personaje inventado se ha comido al real. Aunque cree tener el control, Risto lo perdió hace tiempo.
Pero, ¿qué hacía allí Risto? Expocadena, Cadena 88, es la mejor evolución que el canal tradicional ha producido en su intento de acercarse de forma cohesionada al consumidor final. Mil puntos de venta, que se dice pronto, bajo una misma insignia. Una proyecto que ha crecido de forma sólida, honesta, con la austeridad, espíritu de sacrificio y sensatez que siempre han caracterizado al empresario catalán. Si han llevado a Risto por lo que cuenta, malo, porque no cuenta nada. Si le han llevado por lo que suena, peor. Son decibelios de grosería que sólo ayudan a distorsionar la imagen de la marca. Sólo me queda pensar que Alejandro e Ignacio Ehlis no conocían, con detalle, el contenido de la ponencia. Es la salida más airosa.
Espero que Risto esté orgulloso de mí. Quiero demostrar que su método funciona. Para contarlo todo, al final de su ponencia, un larga fila de chicas le esperaba para hacerse una foto o pedirle un autógrafo.

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Lola Vaticón
Lola Vaticón
28/03/2012 12:20

En las representaciones solemnes, se insertaban uno o dos “alivios cómicos”: el público se relaja, cede tensión por el sumidero de la risa y vuelve al asunto central…. Por lo que cuentas, con la intervención del personaje-bufón Risto sólo él se alivia, intestinal y crematísticamente.

Barrio, eres lúcido y sagaz¡¡

Gonzalo
Gonzalo
28/03/2012 11:46

¡Vaya con el Risto! Después de esto me parece igual de abyecto, pero más humano o, al menos, humanoide.

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