En los últimos meses, y en especial en el pasado mes de septiembre, hemos visto cómo el precio de la luz sube y sube y sube… Esta vez se han invocado razones relacionadas con el precio de los derechos de las emisiones de CO2 y con la falta de viento, que ha impedido disponer en ese período de generación eólica apreciable. Y ahí está una de las posibilidades que tenemos para frenar esta escalada a largo plazo: apostar por las energías renovables. Aquí apunto algunas razones que justificarían esta transición energética.
1. Efecto de las renovables en el precio de la electricidad del mercado mayorista
En la gráfica siguiente se muestra el precio medio de la electricidad negociado en el mercado mayorista durante los últimos cuatro años, así como el grado de participación de las energías renovables mes a mes:
La tendencia que reflejan las cuatro gráficas no puede ser más elocuente: cuando sube la participación de las energías renovables en el “mix” energético mensual, baja el precio de la electricidad; cuando esa participación se reduce, el precio de la electricidad se incrementa. Para poder entender por qué las energías renovables abaratan el precio de la electricidad, es preciso comprender sucintamente cómo funciona el mercado eléctrico mayorista y cómo se fija el precio de la electricidad en dicho mercado, lo que analizo en el siguiente punto.
2. Funcionamiento del mercado mayorista de la energía
El precio de la electricidad se negocia a diario en el conocido como mercado mayorista, al que acuden los productores de energía y los grandes compradores: grandes empresas muy demandantes de energía (Arcelor, Renfe, industrias químicas), las compañías distribuidores de la energía y las compañías comercializadoras que después nos venderán la energía a los pequeños consumidores. Este proceso de oferta y demanda tiene lugar para cada hora de todos los días del año, es decir, se negocian precios para la energía eléctrica 8.760 veces al año. Efectuadas las ofertas de venta de unos y de compra de otros, se realiza un proceso de casación entre ellas, mediante el que se fija la cantidad de energía que venden los productores cada hora y a qué precio la adquieren los compradores.
La figura muestra las curvas de oferta y demanda, una vez casadas para las nueve de la mañana del día 16 de julio de 2015 (el argumento es válido para cualquier hora de cualquier día). Como se observa en la gráfica, las ofertas de venta de energía (línea fina marrón) y de demanda (línea verde-azul), se cortan en un punto que proporciona el precio de casación y la cantidad de energía casada para esa hora y ese día. Lo que destaca a simple vista es que hay una gran cantidad de ofertas de energía conocidas como precio-aceptantes, que son aquellas que ofertan la energía producida a 0 €/MWh; éstas son las nucleares y la gran mayoría de las renovables (eólica, solar e hidráulica fluyente).
De la gráfica se deduce de manera inmediata que la presencia de producción renovable implica una fuerte bajada del precio de la energía eléctrica, ya que una mayor cantidad de esta clase de energías conlleva un desplazamiento de la línea de oferta hacia la derecha de la gráfica, produciéndose el corte con la línea de compra de energía a menores precios.
Resumiendo, es un hecho contrastado y objetivo que las energías renovables abaratan el precio de la electricidad, además de reportar otros beneficios de toda índole (independencia energética, eliminación de emisiones, fomento de tecnologías propias, etc.), que en el argot se denominan “externalidades positivas”.
¿Hacen falta más razones? Pues hay más razones, pero no me extenderé más aquí; lo haré en sucesivos post.