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Guardamos la digitalización debajo del colchón

Si cada vez que hemos escuchado que el éxito de la logística pasa por digitalizarse, hubiéramos echado un euro a una hucha, posiblemente hoy ya tendríamos en España un fondo económico bastante interesante que podríamos invertir, precisamente, en experimentar con tecnologías de vanguardia diversos sistemas –y seguro que de lo más futuristas- para mejorar el sector.

Sin embargo, no parece que la cuestión esté calando lo suficiente. De hecho, los datos no dejan de gritarnos que no somos un país digitalizado, ni mucho menos. Que estamos por detrás de muchos otros europeos. Vamos, que hay mucho trabajo por hacer.

Pero, ¿sólo necesitamos digitalizar la logística?, ¿existen otros vacíos en este sentido en nuestro país?… ¿no se tratará de una cuestión cultural… de costumbres, de miedos o de zonas de confort…?

Según el informe “El reto de la Transformación Digital de la economía. España 4.0.”, publicado por Siemens, únicamente el 16 por 100 de las empresas españolas vende online, un 27 por 100 de las empresas encuestadas en su análisis utilizan un Sistema de Gestión de Datos de Clientes (CRM) y más del 20 por 100 de las empresas españolas afirman no haber realizado ninguna acción formativa en materia digital para sus empleados.

Esto a nivel empresarial, pero también es interesante saber hasta qué punto las personas -los ciudadanos españoles-  empezamos a cambiar nuestra forma de vivir, consumir, administrarnos o gestionar nuestra economía.

Bien, pues sepan que según el Banco de España y la CNMV, el 38 por 100 de los españoles que ahorra, ha decidido tener su dinero en casa. Más concretamente “debajo del colchón”, literalmente. Algo que a priori parece cómico, pero es real y también afecta al consumo, sobre todo, digital. Y, por tanto, a la logística y al nuevo paradigma sobre el que esta se desenvuelve.

Y todavía, con todo ello expuesto, los que trabajamos en torno al sector logístico no hemos dejado de escuchar e insistir en que avances como el Big Data, el Business Intelligence o tecnologías como Blockchain o los Smart Contracts, podrían traer la respuesta a grandes desafíos que se están presentando por el camino a un sector que está cambiando absolutamente debido a los nuevos hábitos de consumo.

Pero no estoy tan segura de si nos hemos dado cuenta de que no es la logística lo único en España que debe empezar a actualizarse y renovarse un poco.

Y esto me lleva a pensar que no solo se trata de falta de recursos o de financiación. Se trata de miedos, de no saber aceptar la evolución y el cambio. Que es vértigo. Que es un tema cultural. Que es la manía por mantener viejas formas de trabajo por el: “mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

De modo, que no se pongan todos tan dignos con la falta que le hace a la logística digitalizarse, que la casa se empieza por los cimientos y ustedes guardan el dinero debajo del colchón.

Una pena que mientras siga siendo así… me da que los logísticos seguirán haciendo lo mismo con su digitalización.

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