Llega agosto y las fechas en las que tomamos un respiro en C de Comunicación. La actividad empresarial, y sobre todo la comunicación y sus presentaciones, se ve mermada estos días y aprovechamos para escapar de la urbe. Evasión que me evoca a los viajes iniciáticos que filmados en 35mm irrumpían nuestra juventud para proporcionarnos una huida adulta. El road movie es un género cinematográfico narrado a lo largo de un viaje y sus aventuras, en muchos casos, con un desenlace incierto. Una constante huida hacia el futuro, reflejo de la existencia adolescente.
Pero la vida trascurre y aquellos periplos en carreteras secundarias con bandas sonoras rebosantes de libertad se han trasformado en atascos, los descapotables en aires acondicionados, y las baladas de rock en consolas para que los niños se entretengan. Todas estas restricciones dirigidas a mejorar el bienestar del viaje, sacrificando la metáfora de una huida sin rumbo a cambio de un regreso seguro al hogar.
En el mundo del neumático la evolución ha sido similar, ofreciéndonos todo un universo de tecnología e ingeniería que ofrece confianza detrás de cada compuesto de caucho, fibras y capas de acero que sostienen al neumático, sus cinturones, flancos reforzados y revestimiento interior, las bandas de rodamiento…
Ya solo nos queda sentarnos ante la pantalla del tv para rememorar esas “películas de carretera” y volver a retomar desde el sofá aquella metáfora de la movilidad individual que nos zarandeaba hace ya algunos añitos: Rebelde sin causa, Easy Rider, Lost Highway, París-Texas, Little Miss Sunshine, Una historia verdadera, El diablo sobre ruedas, Thelma & Louis… a cambio, garantizar el regreso vacacional de la mano de aquellos que velan por nuestro vehículo: Michelin, Continental, Kumho, Goodyear, Yokohama, Bridgestone, Pirelli, Vredestein, Dunlop… todos fabricantes de primera línea y clientes de Cuadernos.
Buenas vacaciones, feliz regreso, y… benditas reposiciones. Nos vemos a la vuelta.
